Si crear contenido se te da mejor que bien, puede que tengas vocación de streamer. Además de gancho para retener a tu audiencia, necesitarás un setup adecuado, intuición, constancia, ganas de compartir y pasarlo bien. Sigue leyendo para conocer algunos de los mejores consejos que podemos darte sobre cómo convertirse en streamer y no quedarse solo en el intento.
¿Qué hace un streamer? Lo primero que debes saber
Antes de iniciarte en este mundillo es conveniente que sepas, con precisión, qué es y qué hace un streamer. Allá va la definición: es aquella persona que realiza transmisiones de audio o vídeo en directo, a través de Twitch, YouTube Live, Instagram Live, TikTok o Facebook Gaming, entre otras opciones.
Puedes comunicar e interactuar con tu comunidad abordando temas de lo más diverso, si bien en cada plataforma hay nichos más populares que otros. Esto es algo que deberías tener en cuenta a la hora de diseñar estrategias para engrosar tu legión de seguidores. Los canales de juegos en línea y videojuegos están entre los más exitosos, pero no son los únicos.
Y es que hay streamers especializados en actualidad, en música, eSports, criptomonedas, divulgación científica, libros, viajes por el mundo… la lista es larga. Por eso, la principal recomendación es que te focalices en lo que más te apasione y conozcas. ¿Quieres saber qué te hará falta para mostrar tus mejores jugadas en vivo? ¿O para enseñar a coser, cantar o maquillar? Veamos.
Qué necesitas para empezar a stremear
¿Quieres hacer streaming de calidad? Para debutar como streamer debes equiparte antes de darte a conocer. Pero no como el próximo meme viral, si no como un referente en el sector. Por eso, es importante que tus herramientas estén a la altura. Empezando por el PC o el portátil, puedes optar por una configuración que incluya un procesador Intel Core i5 de última generación o superior, o bien un AMD equivalente. Sobre todo, debe ser un ordenador que rinda, especialmente si juegas y transmites a la vez.
A nivel de hardware necesitarás un mínimo de 8GB de memoria RAM, una gráfica potente y conexión a Internet. Las de fibra óptica son más estables y suelen ofrecer mejores tasas en la transferencia de datos. Por lo menos, contrata una de 100MB simétrica para emitir en calidades de 1080p a 60 FPS. Evitarás interrupciones. Por último, deberías contar con una silla ergonómica para tus sesiones en vivo, una buena cámara web y un micrófono, diseñados ambos para el streaming. Más adelante ya podrás añadir a tu setup otros accesorios útiles, como un stream deck.
Programas como Twitch Studio son gratuitos, funcionan tanto en Windows como en Mac y están pensados para ayudarte a configurar y administrar tu stream de manera guiada y con plantillas personalizables que te facilitarán mucho la tarea. Otras aplicaciones interesantes para la grabación y la transmisión de vídeo en directo son OBS Studio, Streamlabs y xSplit (este último de pago).
Estos programas son bastante intuitivos y se integran con las plataformas más conocidas, permitiéndote crear alertas, grabar clips, introducir elementos audiovisuales y efectos para que la transmisión sea aún más divertida. Una vez dispongas del equipamiento básico y hayas decidido dónde empezar a crear tu propia comunidad, ya solo te quedará ponerte en marcha para hacer crecer el canal.
Para que tu proyecto despegue deberás poner en práctica tus habilidades comunicativas, creativas, de análisis y organización. Así podrás consolidar tu marca personal y empezar a monetizar, si es que quieres que esta actividad se convierta en una fuente regular de ingresos gracias a las suscripciones, a los anuncios, patrocinios y donaciones. Y es que, además de un hobby, el streaming puede ser una profesión de lo más rentable; si no que se lo digan a Ibai.
Consejos para convertirse en streamer
Primer consejo: ¡ojo con los castillos en el aire! Alcanzar el estrellato como streamer es, por lo general, un camino arduo, que exige mucho trabajo y constancia. No todo el mundo salta a la fama de la noche a la mañana. Esto implica que darse a conocer y saber qué es lo que tu audiencia espera de ti, sea muchas veces cuestión de tiempo. Entre tanta competencia no siempre es fácil destacar. Entonces, ¿qué hago?
Lo mejor es que disfrutes al máximo mientras aprendes y te vas superando. Experimentar sin miedo, hablar con confianza y colaborar de manera activa con otros streamers es una buena forma de ir ganando visibilidad. Si lo que aportas es bueno y mantienes fresco tu canal, seguro que tarde o temprano esta dedicación terminará siendo recompensada. La clave está en entretener e interactuar con los tuyos, sin dejar de ser tú mismo.
Crear contenido variado, con entrevistas en vivo, encuestas, preguntas y respuestas, eventos en directo y tutoriales motivará a los usuarios a seguir tus streamings. Tener una planificación semanal, con horarios más o menos fijos, pero distintos al de los streamers más populares, hará que los usuarios sepan cuándo encontrarte. Anuncia las próximas sesiones en tu perfil y publica recordatorios; por ejemplo, en stories. Si activan las notificaciones conseguirás cada vez una mayor afluencia.
Para convertirte en streamer debes estar atento a las tendencias y novedades, además de cuidar tu imagen. Organizar challenges, sorteos e interactuar con los usuarios del chat, suele dar buenos resultados. Busca tu factor diferencial y piensa que la gente se conecta - precisamente - para desconectar y sentirse a gusto. Por eso, evita cualquier comportamiento tóxico si quieres lograr un ambiente de diversión y buen rollo. De este modo, podrás alcanzar el objetivo principal de un streamer: que todos quieran quedarse en tu canal un ratito más.
