Mario Kart Live Home Circuit, análisis: el nuevo juguete que todo geek (y no tan geek) querrá tener

El pasado 13 de septiembre el fontanero más famoso del mundo cumplía 35 años. Sí, hablamos de Mario Bros. Y Nintendo, sabedora del tirón que tiene su icónico personaje, está exprimiendo al máximo la fecha, con la llegada de juegos clásicos de Mario a la Nintendo Switch, el relanzamiento de la mítica Game & Watch con el auténtico Super Mario Bros y con nuestro protagonista, Mario Kart Live: Home Circuit. Montar tu circuito personalizado en casa ahora es posible y lo que es mejor, te mete de lleno en una experiencia que da para horas y horas de juego.

Un kart, mucho cartón y dos pasos para empezar

Nintendo sabe sacar partido al máximo al cartón, ya lo ha demostrado con Nintendo Labo, y el cartón también es importante en Mario Kart Live. Porque al abrir la caja de este nuevo juego por supuesto que nos encontraremos un kart con Mario o Luigi, depende de lo que hayamos elegido, pero el cartón es protagonista, porque sin las piezas hechas con este material no sería posible montar nuestra propia Copa Champiñón en casa.

E juego viene con cuatro piezas de cartón desplegables en forma de arco, que son las que nos permitirán más tarde crear un circuito en nuestra casa, además de otras dos piezas para señalar curvas pronunciadas, que tampoco es que sean necesarias pero ayudan a crear ambiente de circuito. El kart evidentemente tiene una batería integrada, que se carga directamente conectándolo a la base de la Switch con un cable que trae consigo, con conector USB-C.

Mario Kart Live no necesita un cartucho como otros juegos, porque es un juego descargable de manera gratuita (sin kart no se puede jugar).  Descargado el juego, basta con pulsar el botón de encendido del kart, apuntar con su cámara integrada al código QR que sale en la pantalla de la Switch… ¿y a jugar? Primero habrá que montar un circuito.

El trazado del circuito lo decides tú

Cuando tienes el kart conectado a la Switch ya puedes empezar a manejarlo como un coche teledirigido al uso. Los controles son muy sencillos: la A para acelerar, la B para dar marcha atrás y el stick izquierdo para manejar la dirección. Pero la gracia, más allá de que desde la pantalla tienes visión en primera persona, está en montar un circuito.  La “construcción” del circuito es muy sencilla, porque basta con colocar los cuatro arcos de cartón de manera que se pueda ir de uno a otro y volver a empezar, para poder completar varias vueltas al circuito por carrera. También puedes colocar las dos señales de curvas pronunciadas, pero nada cambia si no las pones.

Da igual que el circuito recorra varias habitaciones, porque podrás manejar el kart aunque salga de tu vista gracias a su cámara, viendo tu circuito casero en realidad aumentada en la Switch. Eso sí, no se podrá alejar demasiado de tu posición, para no perder su señal en la pantalla. Lo importante es que el circuito tiene que ser cerrado, pero la forma es indistinta. De hecho, antes de comenzar la primera carrera tienes que definir el trazado, haciendo una vuelta de reconocimiento. 

La tentación está en hacer un circuito en forma de círculo, pero las posibilidades son infinitas. La pega a la hora de diseñar circuitos es el espacio, porque los arcos de cartón son bastante anchos, pudiendo llegar a coger todo el ancho de un pasillo, por lo que el kart tendría que volver por otro lado y eso en muchas casas será difícil. La mejor opción siempre es montarlo en espacios amplios e importante, sin alfombras altas, porque no puede subirlas.

Llega la hora de la verdad, ¡a jugar!

Montado el circuito, si tienes problemas siempre puedes llamar a Hermann Tilke, es la hora de la verdad, jugar al Mario Kart en tu casa. ¿Hay ganas ya? Normal. Una vez tienes el circuito definido, para lo que hay que llevar el kart por debajo de cada arco en su orden, ya puede empezar la verdadera diversión. Lo primero es elegir la cilindrada, porque sí, al igual que todo Mario Kart hay tres cilindradas (50cc, 100cc y 150cc) y cuanto más alta sea más rápido será el kart, tanto en la pantalla como el real que tienes delante tuya. También hay que elegir la copa que quieres jugar, están las clásicas copas de siempre, y ahora sí que sí, es turno de dirigirse a la salida.

Y se hace la magia, la “magia” de la realidad aumentada. ¿Te acuerdas cuando con Pokemon Go veías los Pikachu y compañía en plena calle? Con Mario Kart Live verás un circuito al completo, rivales incluidos, en la pantalla de la Switch. En cada partida de tipo copa tendrás cuatro rivales y por supuesto, a lo largo del circuito aparecerán las típicas cajas de las que salen objetos que usar en tu favor o en contra de tus rivales. Sí, están los champiñones, y usándolos el kart irá durante un instante más rápido, no solo en la pantalla, también en la vida real. No faltan los plátanos, que harán que el kart se pare en seco, las tortugas, rojas o azules, las monedas… La pena es que el kart no derrape como hace en todos los Mario Kart, pero pedir eso ya era demasiado.

La sensación es de estar metido en un Mario Kart de los de siempre. Tienes rivales a tu alrededor, tienes que evitar sus plátanos y otras trampas, hay monedas que recoger… Y la dinámica de las copas es como en cualquier Mario Kart, en función de tu posición final sumarás puntos. Ganando copas desbloquearás nuevas competiciones y con las monedas podrás acceder a nuevas skins virtuales para tu kart y el personaje, además de nuevas bocinas. Pero no te creas que ganar carreras es fácil, ni las copas de 50cc se ganan como si nada y al principio siempre tendrás la tentación de mirar al kart en vez de a la pantalla de la Switch mientras estás en medio de una carrera. Error, sobre todo cuando el kart corra hacia a ti.

Entre carrera y carrera de una misma copa puedes elegir si seguir jugando con el mismo circuito o cambiarlo, que no tiene por qué implicar mover los arcos, porque puedes trazar un nuevo circuito virtual haciendo cambios de dirección entre arcos o incluso haciendo circuitos en forma de ocho. Y si en algún momento te aburres de las copas contra rivales virtuales, también puedes luchar contra ti mismo en el modo contrarreloj o diseñar circuitos a medida, en los que elegir cómo es cada arco virtual, la música que sonará mientras lo juegas o incluso el clima. No falta un modo multijugador local, que se puede convertir en casi unos autos chocones, teniendo en cuenta que se pueden jugar hasta cuatro karts en un mismo circuito.

¿Conclusión? Si has jugado a todos los Mario Kart… lo necesitas

Probado a fondo el Mario Kart Live: Home Circuit la conclusión es clara, y es que a nada que seas fan de este clásico juego lo necesitas. Siempre ha sido un juego entretenido, incluso para partidas cortas (que luego se alargan), pero la combinación de juego en consola con el kart delante tuyo y circuitos diseñados a tu medida en tu salón es la bomba, directamente. Los límites los pone el espacio en el que puedes montar el circuito, aunque el alcance de la conexión entre consola y kart se puede hacer algo corta, por lo que lo mejor es situarse a medio camino del circuito.

Es cierto que molaría mucho poder derrapar con el R2 como siempre hemos hecho en el Mario Kart, pero todo lo demás lo compensa, desde el juego en realidad aumentada, a utilizar los artículos de toda la vida para ganar una carrera que se celebra en tu propia casa. Por eso, Mario Kart Live: Home Circuit va camino de ser uno de los pelotazos de las próximas navidades, como regalo para pequeños y no tan pequeños. Para venderse lo que no está escrito sólo le ha faltado una cosa: que además de en la Nintendo Switch, también se pudiese jugar desde móviles o tablets. Pero el negocio no solo está en vender los karts, también está en las consolas.