Te acabas de comprar una flamante bicicleta que vas a usar para ir al trabajo. Sin embargo, sabes que no puedes subir tu nueva adquisición a la oficina en cuestión, es decir, te toca dejarla atada a algún sitio. Y sí, aquí vienen los problemas.
Por desgracia, el robo de bicicletas es de lo más común -de hecho, aquí el que escribe ha sufrido dos en los últimos siete años, ambas atadas-. Para evitar esto, no queda otra que comprar una buena cadena de seguridad. Como en esto ya tenemos un máster, te damos una serie de consejos a la hora de comprar un candado de seguridad para tu bicicleta.
Más largo, mejor
Que uno no sea malpensado, pero es la realidad: cuanto más larga, mejor. Muchas cadenas de seguridad son muy cortas, lo que interfiere a la hora de atar la bicicleta. No es la primera vez que sucede eso de intentar atar el candado a una farola o un árbol, y resulta que la distancia no da.
Por esta razón, te recomendamos que te fijes muy bien en la longitud de la cadena. Para nosotros, de un metro no debería bajar (y esto siendo generosos).
Y cuanto más gorda, también mejor
Una vez más, parece que estamos haciendo juegos de palabras, pero no es el caso. Los mejores candados o cadenas de seguridad son los gordos. Como una vez le dijo un policía a un servidor, los ladrones llevan diferentes herramientas con las que cortar las cadenas de las bicicletas, así que cuanto más fina sea esta, más fácil se la van a llevar.
Nuestra recomendación es que te alejes por completo de aquellas cadenas que tienen un diámetro muy reducido, además de parecer que son de plástico. Lo mejor es optar por aquellas de acero endurecido, que son robustas y que poseen hasta un centímetro de diámetro.
El “pero” que poseen estas cadenas es que su peso es elevado, es decir, cargar con ellas resulta bastante tedioso. No obstante, a cambio vas a gozar de una buena seguridad cuando ates la bicicleta a un árbol, una señal o a un sitio reservado para bicicletas.
¿Quiere decir esto que son infalibles?
Vamos a dejar claro este punto: ninguna cadena es infalible. Repetimos: ninguna. Si el ladrón quiere, con el suficiente tiempo va a robar la bicicleta. Pero aquí está la clave de todo: el tiempo.
El hecho de comprar una cadena fuerte y robusta tiene más que ver con el tiempo que el ladrón va a necesitar para quitarla. Mientras que una débil y fina va a ser cortada en literalmente segundos, con una buena va a tardar mucho más, hablamos de minutos. El hecho de ver a una persona intentando robar durante minutos una bicicleta ya es raro, así que todo ese tiempo que se gana es seguridad para ti de que alguien vea al ladrón… o incluso tú mismo.
Un consejo a la hora de atar la bicicleta
Cerramos este artículo con un consejo a la hora de atar tu bicicleta. Una vez ya tengas el candado adquirido y que este sea de buena calidad, el resto no es más que saber atarla de manera correcta.
Para ello, lo ideal es que encadenes tanto el cuadro de la bicicleta como la rueda trasera con el elemento en cuestión. Tienes que intentar que entre por en medio del cuadro y que también acceda a parte de la rueda trasera. Así mismo, observa bien que el mobiliario urbano donde vas a atarla es rígido y está bien anclado al suelo. Más de una vez te puedes llevar una sorpresa al ver que ese poste se puede levantar con facilidad (y, por tanto, sacar la cadena). Cuando termines, haz la prueba de intentar llevarte la bici. Si con el tirón no se mueve, entonces es que está bien amarrada.
Con todo esto ya comentado, el resto no es más que desearte buena suerte. ¡Ojalá nunca te la roben!