La frecuencia y la latencia son dos aspectos básicos que influyen directamente en el funcionamiento de la memoria RAM, y, por lo tanto, en el rendimiento del equipo. En líneas generales, la influencia de la latencia y de la frecuencia se hace notar en la velocidad de procesamiento de un sistema. Además, son dos conceptos opuestos y a la vez complementarios.
¿Qué es la latencia de la memoria RAM?
La latencia en una memoria RAM es un término que hace referencia al tiempo que tarda la propia memoria RAM en procesar y en administrar paquetes de datos para posteriormente enviarlos a la CPU del sistema, que es el lugar central en el que se procesan todos los datos del dispositivo. Siempre se busca que la latencia de la memoria RAM sea baja, esto quiere decir que será más rápida y que el tiempo que tarde en enviar los datos será menor.
A nivel general, la latencia hace referencia al rendimiento que puede tener la memoria. En el aspecto técnico siempre se muestra la velocidad de la memoria RAM, junto a unos ciclos de reloj que hacen referencia a la latencia. Otro aspecto interesante es que es posible cambiar la latencia de una memoria RAM, aunque es probable que el usuario no lo note en el uso diario.
¿Qué es la frecuencia de la memoria RAM?
La frecuencia de la memoria RAM es un parámetro que se mide en Megahercios (MHz). Se refiere a la velocidad que tiene la Unidad Central de Procesamiento en acceder a los datos que tiene esta memoria.
A diferencia de lo que ocurre con la latencia, la frecuencia sí repercute en el rendimiento del equipo y por eso es un aspecto en el que se suelen centrar la mayoría de los técnicos y usuarios. Por lo general, las capacidades de las memorias RAM oscilan entre los 2.133 MHz y los 2.400 MHz, aunque se trata de un producto que está en constante evolución y ya hay marcas que han logrado lanzar memorias RAM con frecuencias mayores.
Latencia vs frecuencia, ¿qué es mejor para gaming?
Cualquier usuario debe priorizar antes los megahercios de su frecuencia que los valores de su latencia. El motivo es que la latencia apenas afectará al rendimiento de un equipo, siempre que se encuentre dentro de unos parámetros aceptables, de lo contrario sí podría influir negativamente.
Sin embargo, sí se debe tener en cuenta la frecuencia, sobre todo cuando se trata de los videojuegos. La frecuencia de la RAM aumentará la capacidad de respuesta que tiene el propio sistema y esto repercute en aspectos como la calidad de las imágenes que proyecta el propio videojuego y en la velocidad en la que se suceden.
Otro factor que hace que los usuarios del videojuego analicen la frecuencia de la RAM, es que se trata del valor que consigue que el equipo pueda almacenar toda la información que es necesaria para poder ejecutar las funciones de ese videojuego. Si esto no sucede, las imágenes y los sonidos del propio juego se sucederán a unas velocidades tan bajas que la experiencia del usuario será muy deficiente.
Una recomendación muy frecuente se basa en contrastar los aspectos técnicos del videojuego antes de adquirirlo, ya que algunos consumen más memoria RAM de la necesaria y si la frecuencia es baja, y, además, la latencia de la RAM es algo más alta de lo habitual, el videojuego no podrá desarrollar todas sus funciones en ese equipo con la calidad adecuada.
El objetivo de todo usuario es encontrar una memoria RAM de frecuencia alta y latencia baja. Pero esta meta es prácticamente inalcanzable. Por eso siempre se aconseja analizar aspectos como los objetivos y las necesidades que tenga la persona y el uso que le vaya a dar a su equipo.