
Cada generación de redes móviles nos ha traído importantes mejoras. No nos podemos olvidar de que se trataban de redes que inicialmente sólo estaban pensadas para poder comunicarnos mediante llamadas. Con el 2G llegaron las primeras, aunque muy lentas, conexiones a internet y los SMS, y de ahí al 5G, pasando por el 3G y el 4G, sobre todo se ha mejorado la velocidad de la conexión y el retardo en la comunicación.
Las principales novedades que introdujo el 5G fue un salto muy importante en velocidad, que en teoría nos podría llevar a velocidades de bajada de hasta 10 Gbps (aunque de momento parecen estar lejos, al menos con el 5G actual) y a retardos que se quedan en torno a un milisegundo. Y es que muchas veces se nos van los ojos en la velocidad, pero la latencia tiene un papel clave en las comunicaciones, para hacer videollamadas en tiempo real o no sufrir de lag en videojuegos.
Además de las mejoras más directas para los usuarios, el 5G también ha traído otras ventajas no tan visibles u orientadas para las personas de a pie. El consumo de energía de todo lo necesario para su funcionamiento, antenas y otros equipos, ha bajado considerablemente. También, los operadores pueden “lonchear” las redes para ofrecer distintos 5G en función de si es para conectar servicios de emergencia, móviles u otro tipo de dispositivos.
Sabiendo todo esto, ¿qué puede aportar la siguiente generación de redes móviles? Aunque todavía ni está definido oficialmente, ya hay quien está trabajando en el futuro 6G, y las promesas que nos traen son importantes.
6G, ¿qué traerá de nuevo?
El 6G todavía está en una fase muy temprana de su definición, pero las investigaciones que se están llevando a cabo apuntan en una dirección: mezclar realidad con mundo virtual. Hablamos concretamente de que esta generación sería facilitadora de comunicaciones holográficas y realidad extendida, apoyada en gran parte en la tan mencionada en los últimos tiempos inteligencia artificial.
Esos casos de uso, y muchos más que están por explorar, serían posibles gracias a las mejoras en cuanto a velocidad y latencia que traería el 6G consigo. Si el 5G en teoría puede alcanzar los 10 Gbps de velocidad máxima de bajada, en el caso del 6G esa velocidad llegaría hasta 1 Tbps. Estaríamos hablando de 100 veces más, por lo que la descarga de cualquier contenido que conocemos a día de hoy sería prácticamente instantánea.
La mayor velocidad y menor latencia del 6G permitirá desarrollar apps y dispositivos que fusionen la realidad con el mundo virtual
Si la velocidad es importante, mucho más lo es todavía cuando hablamos de comunicaciones en tiempo real la latencia. Este concepto se refiere al tiempo que tarda en llegar la transmisión de datos de un extremo a otro de la comunicación. Cuanto más baja sea la latencia, menos retardo hay en la comunicación, facilitando por ejemplo que nos podamos comunicar mediante videollamadas. Y si en el 5G la promesa es dejar esa latencia en un 1 milisegundo, con el 6G bajaría 10 veces, hasta en 0,1 milisegundos.
Y no todo es velocidad y latencia, porque hay otros aspectos muy importantes de las redes móviles que también darían un salto muy importante con el 6G. Hablamos de la eficiencia energética, ya muy mejorada en el 5G respecto a generaciones anteriores, pero que con la nueva generación nos llevaría a dispositivos con baterías casi infinitas. Este tipo de mejoras están orientadas en buena parte a dispositivos IoT, que pueden durar años con una simple pila, pero también podría prolongar la autonomía de nuestros móviles.
¿Qué tecnologías empleará el 6G?
La pregunta que puede surgir ahora es cómo será todo lo anterior posible. Y la realidad es que el 6G requerirá de un espacio mucho mayor en el espacio radioeléctrico del que ha requerido cualquier otra generación de redes móviles. Ya el 5G es exigente en este sentido, necesitando espacio en bandas bajas (por debajo de 1 GHz) para un mejor alcance por antena y penetración en interiores, y altas para ofrecer una mayor velocidad.
En el caso del 6G, todavía será necesario más espacio y en bandas más altas. Si el 5G está usando, habitualmente, bandas de hasta los 26 GHz, se dice que el 6G podría llegar hasta los 3.000 GHz. En las bandas bajas hay poco espacio porque se usan para la radio, televisión, WiFi, Bluetooth y otro tipo de comunicaciones, pero en las bandas más altas hay mucho más espacio, por lo que son ideales para poder transmitir datos en cantidad y así alcanzar mayores velocidades.
A su vez, el reto de las tecnologías a usar en el 6G es lograr usar esas bandas altas de manera eficiente. A día de hoy, en el 5G las bandas altas se emplean en sitios con muchos usuarios, porque la capacidad para ofrecer servicio a muchos dispositivos está ahí, pero el alcance de las antenas se limita a unos pocos cientos de metros. La tecnología futura tendrá que resolver cómo expandir ese alcance, en colaboración con antenas cada vez más pequeñas, que se integren de manera sencilla en entornos urbanos.
¿Cuándo llegará el 6G?
Ahora vamos con la cruda realidad, y es que para poder empezar a disfrutar de todas las ventajas que nos promete el 6G todavía queda bastante tiempo. De hecho, la 3GPP, la asociación en torno a la que trabaja toda la industria de las telecomunicaciones para estandarizar las redes móviles, tiene previsto publicar a lo largo de 2025 su release 18, que definirá el 5G Advanced, una especie de pre 6G.
A partir de la publicación de la definición del 5G Advanced, el foco se pondrá por fin en poner los cimientos del 6G, más allá de las investigaciones y pruebas que hay en marcha por parte de distintas empresas e instituciones. Eso sí, la definición es un paso dentro de todo el proceso para que los primeros equipos con 6G lleguen a la calle, algo que si se siguen los plazos habituales en este ámbito, no llegaría hasta el año 2030.
Siempre hay que tener en cuenta que el despliegue de cada nueva generación es paulatino, lleva su tiempo. En el caso del 5G, en España se encendió en junio de 2019 y a 2025 todavía la cobertura es algo limitada, mientras en otros países, sobre todo en Asia, los despliegues son muchos más extensos. Así que 2030 podría ser el año del inicio del 6G, pero su expansión a gran nivel llevará unos pocos años más.