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Análisis MSI Claw: ¿merece la pena?

Consolas y videojuegos
Emmanuel Jiménez - Última actualización: 4 de junio de 2024

La nueva MSI Claw está dando mucho de qué hablar y es normal preguntarse: ¿merece la pena? Aquí intentaremos resolverte la duda con nuestro análisis.

Una persona analizando la MSI Claw

Emmanuel Jiménez

— Especialista en móviles, ordenadores, electrónica de consumo y fotografía.

Experto en gaming y smartphones

Linkedin de Emmanuel Jiménez

El mundo de los videojuegos y la experiencia de juego ha cambiado mucho en los últimos años, y la MSI Claw es una demostración de cuánto hemos avanzado. Hemos visto el auge de la realidad virtual y la realidad aumentada, las posibilidades de la inteligencia artificial, y la llegada de dispositivos de simulación cada vez más capaces. Sin embargo, aunque hubo una época en la que las marcas de consolas intentaron lanzar versiones portátiles, como fue el caso de PSP, la llegada de los móviles acabó con el sueño. Pero los juegos de móvil siguen lejos de lo que son los potentes juegos de las plataformas de sobremesa. Es por eso que los PC gaming de mano han ganado tanta relevancia en los últimos tiempos. Y la MSI Claw es una de esas consolas portátiles con alma de PC gaming que es una gran opción para los jugadores que quieren continuar sus partidas allá donde estén. Viene a competir con la Lenovo Legion GO, la Steam Deck y la Asus ROG Ally. Pero, ¿realmente merece la pena? Esto es todo lo que tienes que saber de la nueva MSI Claw.

Especificaciones técnicas de la MSI Claw

Aunque este tipo de consolas portátiles que aspiran a competir con los propios PC gaming son muy parecidas entre sí, lo cierto es que es posible encontrar una variedad muy amplia respecto al enfoque ha dado cada marca a su consola. Mientras que la Steam Deck apuesta más por una buena experiencia en juegos indie y en alguno de los títulos AAA a costa de sacrificar potencia y resolución, otras optan por montar componentes de un nivel superior. Esto último implica tener más potencia, pero con el riesgo de no poder equilibrar bien el funcionamiento de todos los elementos, produciendo una experiencia algo deficiente.

La MSI Claw no ha sido conservadora, sino que ha decidido ir a por todas con componentes de alto rendimiento. Y más adelante veremos cómo le ha salido la jugada. Aunque de momento podemos decir que tiene mucho margen de mejora y mucho trabajo por delante. Opta por equipar lo último de Intel en procesamiento para juegos en dispositivos móviles y portátiles, acompañándolo de mucha memoria. A nivel multimedia también ha querido competir con las mejores consolas del mercado, y de nuevo eso supone un riesgo, pues no es fácil conseguir equilibrar bien el rendimiento, el consumo de energía y la gestión térmica con tanta exigencia.

Pero a la vez, si uno se gasta un dinero importante en un dispositivo para jugar, tampoco quiere una calidad de imagen mala, así que es de agradecer que MSI haya buscado competir en un escalón superior. Y se pueden destacar algunos añadidos únicos de la MSI Claw que hacen que pueda ser una opción interesante frente a otras consolas portátiles. En cualquier caso, juzga tú mismo en base a su hoja de características técnicas.

Dispositivo MSI Claw
Pantalla 7 pulgadas IPS 1.920 x 1.080 píxeles 120 Hz
Procesador Intel Core Ultra 7 155H
Tecnologías de memoria RAM: LPDDR5 Interna: SSD M.2 PCIe Gen 4 Ampliable por MicroSD hasta 2 TB
Memoria: RAM + interna 16 GB + 512 GB/1 TB
Capacidad de batería 53 Wh
Dimensiones (ancho x alto x profundidad) 294 x 117 x 21,2 mm
Peso 675 gr
Multimedia 2 altavoces de 2 W
Conectividad WiFi 7 Bluetooth 5.4 2 x USB C 4.0 x 2 Jack auriculares y micrófono
Sistema operativo Windows 11 Home

La arriesgada apuesta por lo nuevo de Intel en la MSI Claw

Entre las consolas portátiles que ya estaban en el mercado, como la Asus ROG Ally, la Lenovo Legion GO o la Steam Deck, había algo en común. Y es que AMD era la que proporcionaba el procesador en todos los casos. Eso a pesar de que en función de la consola se opta por uno u otro procesador, variando entre el AMD Ryzen Z1, el mismo en su versión Extreme o el anterior AMD Zen 2 que equipa la Steam Deck.

Sin embargo, la MSI Claw se ha ido a algo radicalmente diferente, optando por la propuesta de Intel para este tipo de dispositivos que pretenden competir en potencia con los PC gaming, y en portabilidad con los smartphones. En este caso el SoC es el Intel Core Ultra 7 155H, de la generación Meteor Lake, que cuenta con la GPU integrada Intel Arc, y con compatibilidad con XeSS, la tecnología de Intel equivalente a DLSS de Nvidia. Y el resultado de optar por el chip de Intel es conseguir más potencia bruta en comparación con las consolas equipadas con procesador de AMD. Eso sí, lo hace a costa de una peor eficiencia energética.

La potencia por vatio de energía es peor que en el caso de las consolas con AMD. Eso puede afectar cuando queramos reducir el consumo de energía, que en el caso de una consola portátil puede ser relevante. Pero siempre es destacable que se consiga un rendimiento superior en dispositivos portátiles de cara a equipararlos cada vez más con la experiencia de juego sobremesa. Mi punto de vista sobre su potencia: Soy de la opinión de que si uno quiere una consola portátil para jugar a juegos superiores a los que tenemos en el móvil, es porque lo que uno busca es más potencia.

Si vas a gastarte varios cientos de euros en una consola de estas características, esperas que sea potente. Es verdad que hay que tener presente que la autonomía será bastante limitada. Pero así es en casi todo este tipo de dispositivos. Valoro positivamente la solución de Intel para jugar en modo portátil, aunque el riesgo de ser el primer dispositivo de este tipo en integrarlo está generado problemas de experiencia que MSI va a tener que solucionar con optimizaciones y con actualizaciones.

Es el precio a pagar por ser un early adopter. En mi opinión, al apostar por un dispositivo que ya de por sí es radicalmente diferente a lo convencional, es mejor ir a una apuesta segura.

Pantalla equilibrada con buena calidad

Teniendo ya otros modelos en el mercado con los que poder comparar a esta MSI Claw, ya es posible ubicarla en un escalafón concreto. La pantalla no llega a ser tan grande ni a tener tanta resolución como la de la Lenovo Legion GO, por ejemplo, pero tampoco se conforma con lo que ofrece la Steam Deck. La elección de un panel de 7 pulgadas hace que sea algo más compacta que algunas de sus rivales.

Pero aun así, opta por irse al Full HD, lo que probablemente es la opción más inteligente. Difícilmente sacaremos partido a más resolución. Y no llega a los 144 Hz de algunas competidoras, pero tampoco se conforma con los 60 Hz de otras, quedándose en unos 120 Hz que, en la práctica, es casi lo mismo que esos 144 Hz.

No es OLED, sino que se opta por tecnología IPS. Es una buena opción. Aunque el OLED también se agradecería. Mi punto de vista sobre su pantalla: Personalmente prefiero consolas portátiles que superan las 8 pulgadas, porque el aumento en tamaño y peso compensan con tal de poder tener una experiencia más cercana a la de jugar con un PC que a la de jugar con un móvil. Pero esto es muy subjetivo.

Una pantalla más pequeña también consume menos energía y hace que la consola sea más ligera. Los 120 Hz me parecen la opción perfecta, así como la resolución Full HD. Esto me parece un acierto total, pues de hecho en muchos casos incluso recurriremos a rebajar el nivel gráfico para mejorar el rendimiento de juego.

El software y la optimización de la MSI Claw, su talón de Aquiles

No está claro si el problema es que la consola se ha lanzado con muchos aspectos todavía por pulir debido a que sus rivales estaban ya ganando su posición en el mercado, o si se debe a la elección de componentes Intel que no tenían el recorrido en el mercado que sí tenían los de AMD, por ejemplo. Sea como sea, la MSI Claw manifiesta algunas carencias importantes en experiencia de uso.

No parece que sea tanto una falta de potencia, pues en benchmarks el procesador de Intel responde muy bien. Parece deberse más bien a una mala optimización de recursos. Y esto puede preocupar. MSI podría arreglarlo con múltiples actualizaciones. Intel también podría trabajar junto a MSI para buscar solucionar estos problemas y conseguir sacar el máximo rendimiento de su sistema de procesamiento.

Pero siempre es un punto negativo tener un equipo que presume de grandes componentes cuando no se consigue una experiencia estable y consistente. Por otro lado, Windows 11 como plataforma aporta una gran versatilidad. Con ecosistema Intel y Windows 11 podríamos tener asegurada la ejecución de casi cualquier videojuego, siempre y cuando MSI consiga solventar los problemas de estabilidad. Y una característica muy curiosa de esta MSI Claw es MSI App Player. Este software permite ejecutar juegos de Android sin necesidad de tener que andar instalando un emulador alternativo.

Esto hace que sea la consola con el catálogo más versátil del mercado en este momento. Es verdad que muchos juegos de Android son de un nivel inferior a los que hay disponibles para Windows. Pero si aun así somos aficionados a algún título de Android, es positivo poder jugarlo también en la MSI Claw sin tener que cambiar al móvil.

La ergonomía de la MSI Claw es muy buena, y su aspecto gamer también

Una de las grandes ventajas de la pantalla de 7 pulgadas de la MSI Claw reside en que las dimensiones generales de la consola también se reducen mucho. Es mucho más pequeña que la Lenovo Legion GO, con lo que eso implica en ergonomía a la hora de jugar, y en peso. De hecho, en comparación con otras consolas esta MSI Claw resulta relativamente ligera, teniendo presente que es más pesada que un móvil, claro está.

Mientras que otras consolas de este tipo son consideradas válidas para jugar en el sofá, en la cama, o en el coche, lo cierto es que esta MSI Claw es un poco más portátil, muy en la línea de lo que tenemos con la Steam Deck. A costa, eso sí, de una pantalla más pequeña. No obstante, a ese diseño más ligero y pequeño hay que añadir un aspecto visual muy propio de la filosofía gamer de MSI. Y es que cuenta con iluminación RGB tanto en los sticks analógicos como en los botones de acción.

Es verdad que las luces RGB no influyen en el rendimiento de ningún dispositivo, pero es innegable que consiguen que cualquier dispositivo brille con luz propia, como es el caso de estas MSI Claw. Mi punto de vista sobre la ergonomía y el diseño: Mi preferencia personal para estos dispositivos va encaminada a elegir pantallas más grandes aunque eso empeore la experiencia de juego.

Pero si tú buscas que sea una opción verdaderamente portable y que llegado el caso puedas plantearte ponerte a jugar en la calle, entonces hay que decir que el tamaño y el peso de la MSI Claw la hace valiosa para ti. En cualquier caso, no se puede negar que la idea de hacer una consola más pequeña, ágil y ligera aporta ventajas para muchos usuarios, y que la forma de resolverlo es bastante buena.

Un diamante en bruto que todavía requiere de mucho pulido

La MSI Claw es una consola portátil que destaca por algunas características interesantes y por un potencial considerable teniendo en cuenta sus componentes y lo que MSI intenta desarrollar. El problema llega en que algunos aspectos muy importantes tienen que pulirse, y de forma urgente. No esperábamos que su batería de 53 Wh fuera a ofrecernos muchas más horas de juego que sus rivales, aunque es de mayor capacidad.

Aun así, el problema está en el alto consumo de energía que tiene la consola incluso sin ejecutar juegos. El procesador Intel puede consumir más, pero este consumo anormal se debe a algún problema de optimización. Una actualización lo solucionará seguro. Una de las ventajas de contar con ecosistema Intel es que a nivel de conectividad la consola presenta última tecnología. WiFi 7 y Bluetooth 5.4 demuestran que no se quedará atrás.

La conexión Thunderbolt 4 sobre USB Tipo C asegura infinitas posibilidades. Estos son aspectos muy positivos que denotan que MSI ha intentado integrar componentes de última generación. Y eso se nota incluso en el sistema de refrigeración. Sus dos ventiladores y el diseño de la cámara de vapor son realmente buenos. Tal es así que se consigue regular la temperatura con un nivel de ruido inferior al de sus rivales.

Al menos, así es cuando todo funciona bien. Y es que los problemas de fiabilidad y de experiencia llevan a consumos muy altos de energía o a la necesidad de hacer uso de la refrigeración en alta exigencia cuando en realidad no estamos ejecutando ningún juego que lo requiera. La MSI Claw, sobre el papel, es una buena consola portátil.

Y a pesar de las mencionadas carencias, tiene potencial para ser mejor que sus rivales. Sin embargo, necesita que haya un importante trabajo de optimización detrás y de pulido de sus defectos, porque si MSI se rinde y decide dejarla de lado para poner su foco en el siguiente lanzamiento, la compra de la MSI Claw solo sería recomendada para aquellos que sepan exactamente lo que están comprando, y que puedan pelearse con los drivers y las actualizaciones por su cuenta.

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