
¡Ah, los discos duros y los SSD! Esos pequeños héroes silenciosos que guardan nuestras fotos de las vacaciones, los videos de gatitos, y, por supuesto, todos esos documentos importantes que “definitivamente” hemos guardado en lugar de en la nube. Y eso sin contar esa carpeta de fotos tuenti que guardamos pero nos da vergüenza ajena.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado si tu disco duro o SSD está dañado? Porque, seamos honestos, esos ruidos extraños y los fallos repentinos pueden hacer que incluso el más tranquilo de los usuarios se pregunte si su querido dispositivo de almacenamiento está a punto de hacerle una mala jugada.
¿Qué es un disco duro o un SSD?
Antes de entrar en pánico por si tu disco duro o tu SSD están dañados, es importante entender qué son estos dispositivos y qué hacen exactamente. No todos somos expertos en tecnología, ¡y no pasa nada! Así que vamos a desglosarlo y a hacerlo fácil para todos.
Disco Duro
Un disco duro o HDD por sus siglas en inglés: Hard Disk Drive, es un dispositivo de almacenamiento tradicional que utiliza discos magnéticos giratorios en su interior para guardar tus datos. Piensa en él como una caja de discos en la que se almacenan tus archivos. Los discos duros han sido los campeones de almacenamiento durante años, ya que nos ofrecen una gran capacidad a un precio relativamente bajo.
- ¿Cómo funciona?: Dentro del disco duro, hay un motor que hace girar los discos, y una cabeza lectora/escritora que se mueve rápidamente sobre los discos para leer o escribir tus datos.
- Ventaja: Cuentan con una gran capacidad de almacenamiento a un precio más económico.
- Desventaja: Son más lentos y tienen partes móviles, lo que los hace más propensos a tener fallos por golpes o caídas.
Unidad de Estado Sólido
Por otro lado, una unidad de estado sólido o SSD que es como seguro lo conocéis, es el héroe moderno del almacenamiento. Utiliza memoria flash, sin partes móviles, para almacenar los datos. Vaya, es similar a una memoria USB, lo que lo hace mucho más rápido y fiable que los discos duros tradicionales.
- ¿Cómo funciona?: En lugar de discos giratorios, los SSD usan chips de memoria flash para almacenar la información. Esto significa que pueden acceder a los datos de forma mucho más rápida y eficiente.
- Ventaja: Son super rápidos, más resistentes a golpes y caídas, y no hacen ruido. Además, son más eficientes energéticamente.
- Desventaja: Aunque los precios han bajado mucho, el costo por gigabyte sigue siendo más alto que el de los discos duros.
¿Cómo sabemos si nuestro disco duro o SSD están dañados?
Ahora que sabes bien qué es un disco duro y un SSD y las diferencias que encontramos entre uno y otro, es el momento de entrar en materia. ¿Cómo se supone que sé que mi disco duro está dañado? O mi SSD, si es el caso.
Pues bien, no se va a dirigir a tí expresamente para decirte que se encuentra mal, ojalá, pero no va a ocurrir. Así que hay que estar pendiente de las señales que nos pueden ofrecer. Ruidos raros, velocidades demasiado lentas o hasta archivos corruptos.
Pueden empezar a suceder cosas extrañas y no va a ser el fantasma de tu casa que enciende las luces del árbol a las seis de la tarde todos los días. Más bien va a ser que vuestro pobre disco duro está empezando a fallar. Así que vamos a ver cómo podemos detectarlo a tiempo para no perder todos nuestros recuerdos o datos importantes.
Ruidos extraños o silencios repentinos
Un disco duro que hace ruidos raros no es una buena señal. Si escuchas un clic, un zumbido o un golpeteo constante, tu disco duro está dañado, y podría estar dando señales de advertencia.
Es como si tu disco estuviera diciendo: "¡Socorro, me estoy muriendo!" Si tu disco duro hace ruidos como si estuviera en una película de terror, es hora de hacer un respaldo, porque los sonidos inusuales no son algo que debas ignorar.
Si eres más de SSD, también tengo tips para ti, y es que no te puedes relajar demasiado. Aunque los SSD no hacen ruidos, los fallos repentinos pueden ser igualmente aterradores. Si tu SSD de repente desaparece del explorador de archivos sin previo aviso, es una señal de que algo podría estar mal. A veces el silencio es la peor respuesta y en este caso significa que tu SSD está dañado.
Velocidad inexistente
¿A tu ordenador últimamente le gana la carrera un caracol con muletas? Mala señal.
Si tu disco duro está dañado, podrías notar que tarda más de lo normal en arrancar, cargar archivos o instalar programas. Es como si tu ordenador hubiera decidido tomarse unas vacaciones prolongadas.
Por otro lado, aunque los SSD son conocidos por ser veloces como un Fórmula 1, si empiezas a ver que el sistema tarda en abrir archivos o instalar un software, o peor aún, se congela por completo, tu SSD podría estar dañado.
Errores y archivos corruptos
¡Nada duele más que abrir un archivo y encontrarse con que está corrupto! Y más cuando es el archivo de “trabajo final ultra mega definitivo”.
Si experimentas errores frecuentes de lectura o escritura, o si los archivos parecen desaparecer sin razón aparente, un disco duro dañado podría ser el culpable. No te sorprendas si el sistema te avisa de que no puede acceder a tus archivos o te lanza un mensaje de error cada vez que intentas abrirlos.
En el caso de que tengas un SSD dañado, los síntomas pueden ser similares, pero los archivos corruptos tienden a ocurrir más rápidamente en comparación con los discos duros tradicionales. Si tu SSD empieza a perder archivos de forma misteriosa, tu unidad está en serios problemas.
El fantasma de los errores del sistema
Un disco duro dañado no solo afectará a tus archivos, sino también a la estabilidad del sistema. Si tu ordenador se apaga inesperadamente, se reinicia solo o el sistema operativo se cuelga a menudo, es posible que tu disco duro esté a punto de dar su último aliento.
¡Ojo, no te preocupes si el portátil se apaga por el calor! Tenemos que asustarnos si la desconexión ocurre en momentos extraños y sin motivo. En ese caso podría haber un problema con tu disco duro, y lo más probable es que esté dañado.
Los SSD dañados también pueden causar problemas similares, pero lo que las hace más peligrosas es que a veces pueden morir de forma silenciosa. Los fallos de los SSD pueden no ser tan evidentes, pero una vez que ocurre, es casi como si se hubiera esfumado todo. Sin previo aviso. Triste, pero cierto.
El ghosting del disco duro o el SSD
¿Tu disco duro o SSD desaparece de la nada? Si tu ordenador no lo reconoce al encenderlo o si desaparece sin explicación alguna, es probable que tu SSD o tu disco duro esté dañado. A veces, los discos duros muestran un comportamiento intermitente, lo que puede ser aún más frustrante. Lo que parecía funcionar ayer, hoy simplemente se niega a ser reconocido.
Y si estás usando un SSD y desaparece por completo... ¡prepárate para la angustia! los SSD son más propensas a tener fallos totales de un momento a otro debido a su falta de piezas móviles, lo que puede hacerlos más vulnerables a los daños por desgaste.
Errores al intentar copiar archivos
Imagínate esto: necesitas copiar un archivo importante y, de repente, aparece un error. "No se puede copiar el archivo porque el disco duro está dañado". Si esto te ocurre repetidamente con archivos que tienes guardados en tu disco duro, es un signo claro de que las cosas no están bien.
los SSD dañados también pueden impedir la transferencia de archivos correctamente, lo que te deja rascándote la cabeza y mirando a tu ordenador con desconfianza. Pero no, la culpa no es de tu ordenador, la culpa es de que tu SSD se ha dañado y necesitas hacer un cambio cuanto antes. Si esto ocurre y no sabes qué SSD comprar, estos son los mejores discos duros de 2024, para que puedas hacerte con una buena opción.
¿Qué hacer si tu disco duro o SSD está dañado?
Si después de ver todas las señales anteriores te has sentido identificado como si de una pareja tóxica se tratase, y empiezas a sospechar que tu disco duro está dañado o que tu SSD está dañado, la primera regla es no entrar en pánico. Si ya has entrado en pánico, no te preocupes, por un poco de drama no pasa nada.
Después de insultar a tu disco duro o tu SSD, empieza a realizar una copia de seguridad, ¡ya sabes, esos memes de gatos no se van a salvar solos! Y haz un diagnóstico completo de tu dispositivo. Si tienes un disco duro dañado, puedes intentar utilizar herramientas de recuperación de datos.
En cambio si cuentas con un SSD dañado, es posible que necesites recurrir a un software especializado o, si es grave, considerar un reemplazo. Si quieres ahorrarte el paseo al informático, puede que te sirvan estos tips sobre cómo instalar un disco duro SSD en un ordenador paso a paso.
Recuerda que los discos duros y SSDs no viven para siempre, y todos tienen una fecha de caducidad. ¡La clave está en hacer copias de seguridad regularmente para evitar catástrofes de última hora! Y más si todos tus trabajos finales se encuentran allí alojados.
¿Cómo evitamos que el disco duro o el SSD se dañen?
Aunque los discos duros y SSDs no son indestructibles, sí podemos tomar algunas precauciones para prolongar su vida útil y evitar daños innecesarios. No hay que esperar a que el sistema te dé ese aterrador mensaje de "disco dañado", ¡es mejor prevenir!
Aquí te dejamos algunos consejos para cuidar de tus unidades de almacenamiento y mantenerlas funcionando correctamente el máximo tiempo posible.
Realiza copias de seguridad regulares
Lo primero de todo: ¡no pongas todos tus huevos en la misma canasta! Si tu disco duro está dañado o tu SSD está dañado, las copias de seguridad son tu salvavidas.
Usa un servicio en la nube, un pendrive o un disco externo para hacer copias regulares de tus archivos más importantes. Esto te salvará de perder fotos, documentos y, sobre todo, esos memes que tanto amas.
Evita golpes y vibraciones
Los discos duros son más susceptibles a daños físicos debido a sus partes móviles. Así que si eres de los que lanza el portátil al sofá al final del día, ¡mejor piénsalo dos veces antes de hacerlo! Los golpes, las caídas o las vibraciones constantes pueden dañar gravemente a tu disco duro. Así que asegúrate de que tu dispositivo esté bien colocado en un lugar estable.
Si cuentas con una SSDs, aunque no tienen partes móviles, evita igualmente las caídas o golpes fuertes, ya que los daños internos pueden ser invisibles hasta que la SSD decide fallar repentinamente.
Evita que tu PC se sobrecaliente
A ver, el calor es el enemigo número uno de todos los componentes electrónicos, ¡y los discos duros no iban a ser la excepción!
Si tu disco duro o SSD se sobrecalienta de forma regular, puede disminuir su vida útil. Asegúrate de que tu equipo esté bien ventilado, especialmente si usas un disco duro de gran capacidad o un SSD rápido. Puedes utilizar enfriadores o colocar tu dispositivo en un lugar donde el aire circule correctamente.
Desfragmenta tu disco duro
Si tienes un disco duro tradicional, es recomendable desfragmentarlo de vez en cuando. Esto ayuda a organizar los archivos y mejora la velocidad de acceso. Sin embargo, los SSD no necesitan desfragmentación, y de hecho, hacerlo puede desgastar innecesariamente las celdas de memoria.
Así que si tienes una SSD, ahórrate el esfuerzo de desfragmentarlo y deja que el sistema se encargue de la gestión automática de los archivos.
Usa una UPS
Las subidas y bajadas de tensión pueden ser letales para tus dispositivos de almacenamiento. Si quieres evitar que tu disco duro o tu SSD se dañe por un apagón inesperado o fluctuaciones de energía, usa una UPS, es decir una fuente de alimentación ininterrumpida.
Esto te permitirá seguir trabajando durante un corte de energía y apagar tu sistema de manera adecuada, sin causar daño a tu disco.
Actualiza el firmware y el software
Tanto los discos duros como los SSDs pueden beneficiarse de las actualizaciones de firmware que los fabricantes proporcionan. Estas actualizaciones a menudo corrigen errores, mejoran el rendimiento y aseguran que tu dispositivo funcione correctamente durante más tiempo.
Así que no olvides revisar si hay actualizaciones disponibles para tu unidad de almacenamiento y tu sistema operativo.
Monitorea la salud de tu disco con un software
Nadie quiere encontrarse de repente con que todos nuestros datos no están disponibles, así que para evitar llegar a ese punto o detectarlo a tiempo puedes usar herramientas que te permitan monitorear el estado de tu disco duro o tu SSD.
De esta forma puedas detectar problemas antes de que se conviertan en una tragedia. Programas como CrystalDiskInfo o el software proporcionado por los fabricantes de los SSD, como Samsung Magician o Crucial Storage Executive, pueden ofrecerte información sobre la salud de tu unidad y alertarte cuando algo no vaya bien.