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Estas son las razones por las que la XBOX Series S aún merece la pena en 2025

Consolas y videojuegos
Marcos Ruiz - Última actualización: 5 de febrero de 2025
Xbox Series S blanca sobre un fondo amarillo

La generación de consolas que inició en 2020 ya lleva un buen recorrido. A pesar de que Xbox Series S comenzó su andadura algo a la sombra de su hermana mayor, la Xbox Series X, y de rivales como PlayStation 5 o Nintendo Switch, hoy en 2025 sigue dando de qué hablar. ¿Por qué? Porque aunque no sea la consola más potente del mercado, ofrece un equilibrio entre precio y rendimiento que se adapta a muchos tipos de jugadores.

A continuación, te cuento todo lo que necesitas saber sobre la Xbox Series S en pleno 2025. ¿Es buena opción? ¿Merece la pena invertir en ella? ¿Cómo se defiende frente a la competencia? Vamos a analizar cada detalle de esta pequeña gran consola.

Un vistazo a la historia de esta consola “menos potente”

Para ponernos en contexto, la Xbox Series S nació a finales de 2020 junto a la Xbox Series X. Aquella estrategia de lanzar dos consolas con diferente potencia generó cierta competencia interna: mientras la Series X presumía de un hardware más poderoso, la Series S se presentaba como la versión económica. Esto sucedía a la vez que Sony lanzaba PlayStation 5, lo que dejó a la Series S un poco arrinconada en cuestión de popularidad.

Con el paso del tiempo, las ventas combinadas de ambas consolas de Microsoft suman más de 30 millones de unidades, una cifra que se queda por detrás de los números alcanzados por PlayStation 5 y la imparable Nintendo Switch. Sin embargo, la experiencia nos recuerda que Microsoft ha sido capaz de desarrollar consolas de éxito (ahí está el caso de Xbox 360, con más de 80 millones vendidas). ¿Por qué Series S no consiguió tanto ruido mediático? La respuesta parece estar en su menor potencia y en la presencia de consolas rivales más potentes desde el primer día.

¿Por qué sigue valiendo la pena en 2025?

Aunque se catalogue como “la consola de nueva generación menos potente”, la Xbox Series S tiene un enorme atractivo: su precio. A estas alturas, resulta común encontrar ofertas por debajo de los 290 €, cuando las demás consolas de la competencia rondan los 500 € o más. Si lo que buscas es adentrarte en la generación actual sin que tu cartera sufra demasiado, Microsoft aquí te tiende una mano muy generosa.

No solo hablamos de su coste de entrada. Con la Series S, tendrás acceso a los mismos juegos next-gen que en Xbox Series X. No existe ningún título que sea exclusivo de la versión más potente de Microsoft. Eso sí, la diferencia está en la resolución y algunos detalles gráficos, pero la experiencia de juego —en términos de diversión y disponibilidad de títulos— es idéntica.

La refrigeración y el ruido: ¡cero problemas!

Otra de las ventajas menos comentadas de la Xbox Series S es su sistema de refrigeración. Después de varios años en el mercado, esta consola mantiene unas temperaturas estables incluso durante largas sesiones de juego. No emite apenas ruido: el único sonido que notarás será el pitido inicial al encenderla. Así, si eres de los que juega de noche y no quieres molestar a nadie en casa, no tendrás que preocuparte. Ni ventiladores estruendosos ni sobrecalentamientos que frustren la partida.

Game Pass, la gran razón para apostar por la Xbox Series S

El gran enfoque de Microsoft con la Series S fue claro desde su lanzamiento: ofrecer la mejor forma de disfrutar de Game Pass, su servicio estrella. Este catálogo funciona de forma muy parecida a Netflix, pero con videojuegos: pagas una suscripción mensual y accedes a un listado enorme de títulos que puedes descargar y jugar mientras mantengas tu suscripción activa.

Game Pass se vuelve aún más atractivo con los estrenos que llegan el mismo día de lanzamiento de ciertos juegos. Además, incluye EA Play, aportando aún más títulos de deportes, carreras y otros géneros, y varios de Ubisoft, engordando el catálogo hasta límites que cuesta imaginar.

Por si fuera poco, Game Pass funciona tanto en consola como en PC. Eso significa que si tienes un buen ordenador, podrás alternar entre jugar en una Xbox Series S o en tu equipo, conservando los mismos juegos y tu progreso. De esta forma, las posibilidades de juego se multiplican y se convierte en una propuesta más que tentadora para quienes buscan variedad y flexibilidad.

¿Cómo se comporta con títulos populares como Fortnite o EA Sports FC?

En pleno 2025, uno de los factores más importantes a la hora de elegir consola es la forma en que esta ejecuta los videojuegos más populares. Te pongo dos ejemplos:

  1. Fortnite: Este shooter de construcción y supervivencia va genial en Series S. Alcanza 60 FPS y una resolución de 1440p, lo cual mantiene una calidad de imagen muy buena (aunque no sea 4K). En la práctica, la experiencia es bastante similar a la que ofrecen Xbox Series X y PlayStation 5.

  2. EA Sports FC (antes FIFA): La versión actual de este juego (o la versión FC24 que se incluye en Game Pass) luce también estupendamente en la consola pequeña de Microsoft. No hay tirones ni problemas de rendimiento graves, de modo que podrás disputar partidas online sin mayores complicaciones.

En definitiva, Xbox Series S aprueba con nota en juegos populares, por lo que su potencia “reducida” no debería preocuparte si lo que quieres es disfrutar de lanzamientos de actualidad.

El dilema del almacenamiento: ¿512 GB o 1 TB?

La consola está disponible con dos capacidades de disco duro: 512 GB y 1 TB. Ten en cuenta que la Series S no tiene lector de discos físicos; todo es digital, por lo que vas a necesitar espacio para descargar tus juegos. El modelo de 512 GB puede quedarse pequeño si sueles jugar a muchos títulos a la vez o si descargas títulos de gran tamaño.

Si tu presupuesto te lo permite, la versión de 1 TB es una buena apuesta, pues te ahorrará el ir borrando constantemente tus juegos. Aunque también tienes la posibilidad de adquirir un disco duro externo para ampliar la capacidad, conviene valorar el coste extra. Dicho esto, si no pasas de tres o cuatro juegos instalados simultáneamente, la edición de 512 GB podría bastarte.

El tema del precio: la clave del éxito de la Series S

Insisto en el factor precio porque suele ser el punto decisivo para muchos jugadores. Xbox Series X y PlayStation 5 rondan los 500-550 €, mientras que la Series S puede conseguirse a casi la mitad. ¿Se notan esas diferencias a la hora de jugar? En términos de resolución máxima o de frames por segundo en ciertos títulos, claro que sí. Pero si tu televisor no es 4K o no eres de los que exige lo último en potencia, la Series S te da absolutamente todo lo necesario para disfrutar de los videojuegos de nueva generación.

El ahorro no solo se ve en la compra inicial de la consola, sino también en la forma de adquirir juegos a través de Game Pass. Además, Microsoft y otras tiendas suelen lanzar ofertas tentadoras que bajan aún más su precio. Si buscas una oportunidad para modernizar tu zona de juego sin gastarte un dineral, puede ser tu gran opción.

All Digital: ventajas e inconvenientes

Uno de los puntos que más se comentan sobre la Xbox Series S es su ausencia de lector de discos. Al ser “All Digital”, te limitas a comprar tus juegos de forma digital, sin la posibilidad de usar títulos en formato físico. Esto implica, por un lado, no poder recurrir a la segunda mano con juegos baratos. Sin embargo, la contrapartida positiva es que con Game Pass te libras de esos gastos individuales. Además, las ofertas digitales en la Microsoft Store son constantes, por lo que, si estás atento, también puedes cazar buenos chollos sin necesidad de un disco físico.

¿Es realmente la consola más “débil” de esta generación?

Es cierto que, sobre el papel, la Xbox Series S tiene especificaciones técnicas inferiores a la Series X, la PS5 y, obviamente, no se encuentra en el mismo segmento que Nintendo Switch (con otro enfoque de potencia y portabilidad). Pero, en la práctica, si lo que quieres es disfrutar de grandes sagas, lanzamientos de actualidad y videojuegos populares, la Series S cumple con creces.

La “potencia” no se mide únicamente en teraflops; también cuenta la experiencia de usuario, la cantidad de juegos disponibles y la estabilidad del sistema. En esos apartados, la Series S se defiende la mar de bien.

La importancia de combinar la consola con Game Pass

Para exprimir al máximo todo lo que ofrece la Xbox Series S, lo ideal es suscribirte a Game Pass. Al no tener lector de discos, la alternativa de comprar juegos en físico no está disponible. Y si no aprovechas las ofertas del catálogo de Microsoft, puede que te pierdas muchas de las ventajas fundamentales de esta consola.

Con Game Pass, tendrás cientos de títulos a tu alcance, lanzamientos de EA Play integrados y algunos estrenos de compañías como Ubisoft. Si buscas comodidad, variedad y la posibilidad de probar juegos nuevos sin temor a equivocarte, esta suscripción es casi imprescindible para la consola digital de Microsoft.

Entonces, ¿merece la pena hacerse con la Xbox Series S en 2025?

En resumen, la respuesta corta es: sí, totalmente. Aun con sus limitaciones en términos de potencia en comparación con la Xbox Series X o la PlayStation 5, la Series S es la opción más barata para adentrarte en la actual generación de videojuegos. Ofrece un excelente rendimiento en la mayoría de títulos, una refrigeración sorprendentemente silenciosa, un catálogo de juegos inmenso gracias a Game Pass y la ventaja de poder compartir tu partida entre consola y PC.

Por supuesto, hay detalles que valorar: la capacidad de almacenamiento, la necesidad de una suscripción para sacarle partido y la imposibilidad de usar juegos en formato físico. Pero, si esas condiciones no te suponen un problema, la Series S es una gran elección para disfrutar de los mejores títulos de 2025 y, quién sabe, de los próximos años.

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