¿Tu Xbox hace más ruido de lo habitual? Si es así, lo más probable es que necesite una limpieza. Puede que pienses que no entra polvo porque limpias a menudo, pero es posible que aun así entren partículas que hagan que se sobrecaliente tu Xbox. Y esto puede provocar que falle el hardware, lo que podría darte algún que otro problema.
Por eso, antes de que sea demasiado tarde, procura un buen mantenimiento limpiándola de manera regular. Para ello te van a venir bien estas indicaciones y la resolución de algunas dudas. Independientemente de lo que hagas, es importante que sepas lo que tienes entre manos, si crees que no lo tienes controlado déjaselo a una persona experta.
Dudas sobre la limpieza de tu Xbox Series X |S
Puede que te surjan algunas preguntas antes de empezar, quizás con lo que te decimos a continuación queden resueltas.
¿El polvo dañará tu Xbox?
El polvo puede pasarle factura a tu consola, especialmente si se acumula. Esa acumulación puede obstaculizar la velocidad y el rendimiento de tu dispositivo disminuyendo su capacidad de funcionamiento. Si la limpias a menudo es menos probable que se sobrecaliente y te de problemas.
¿Con qué frecuencia debes limpiar tu Xbox?
El plazo recomendado para llevar a cabo la limpieza es cada tres a seis meses, pero si puedes hacerlo más a menudo, mejor. También dependerá del polvo que entre en casa y si la guardas en un lugar aislado donde éste no llegue.
¿Algo importante antes de empezar?
En primer lugar, nunca hagas la limpieza con la consola encendida ni conectada al interruptor. Puede que no pase nada si lo haces, pero no merece la pena correr el riesgo. Así que antes de seguir con otros pasos, desconéctala. Parece algo obvio este paso, pero el buzón de consultas de PcComponentes ha visto cosas que vuestros ojos no creerían…
¿Necesito instrumentos especiales para la limpieza?
Limpiar tu Xbox es más sencillo de lo que seguramente estás pensando. Te bastará con un paño de microfibra y un destornillador. No necesitas productos especiales ni herramientas raras que no hay en ningún sitio.
Aprendiendo a limpiar la Xbox X y S sin dañarla
Antes de entrar en faena apaga la consola y desconéctala del interruptor. Lo siguiente que debes hacer es coger los utensilios que necesitas para llevar a cabo la limpieza de tu Xbox. Utiliza un paño suave que no deje pelusas, los de microfibra son muy recomendables. A continuación, mójalo con un poco de agua y jabón suave. También funcionan muy bien las toallitas desinfectantes previamente humedecidas.
Deshazte del polvo exterior que se acumula en las rejillas del ventilador, alrededor de la consola. Luego, retira las dos etiquetas que encontrarás en la parte posterior. Mientras las retiras, verás que hay dos tornillos, necesitarás un destornillador para quitarlos. Cuando los tengas fuera podrás quitar la parte posterior de la caja.
Puede que haga falta limpiar las rejillas interiores, si es así, métete debajo del disipador de calor y limpiar la acumulación de polvo.
Para el siguiente paso deberás quitar los tornillos que hay en la parte superior de la base, debajo del ventilador. Cuando los hayas retirado podrás ver el ventilador y limpiar el polvo de las aspas y de la parte superior de la carcasa.
Después de limpiar el ventilador, gira la carcasa y encuentra el clip que sujeta la placa base a la carcasa. Después, retira el gancho para poder ver el resto de tornillos que hay debajo de la placa. Desatorníllalos para desconectar por completo la unidad óptica de la carcasa, así podrás limpiar bien toda la carcasa.
Por último, invierte los pasos y vuelve a montar la consola para dejarla tal y como estaba antes de empezar con la limpieza.
Como ves los pasos a seguir son bastante claros y siguiendo las indicaciones es difícil que no consigas tu objetivo. Con este pequeño gesto de mantenimiento es probable que tu consola dure más y no se sobrecaliente con tanta facilidad. Si has llegado de rebote hasta aquí y ni si quiera tienes una Xbox X, o una Xbox S, deberías mirarte una y disfrutar con todo el entretenimiento que te ofrece.