HDMI y DVI son dos tipos de cables de vídeo que se utilizan habitualmente para conectar dispositivos como televisores, monitores y proyectores a portátiles, ordenadores y otros aparatos electrónicos. Los habrás visto en infinidad de guías, tutoriales, hojas de características técnicas y manuales. El dilema surge cuando podemos utilizar ambos, y no sabemos cuál. Entre el HDMI y el DVI, ¿cuál es mejor y por qué? ¿Cuál debes utilizar en cada caso?
HDMI, ¿qué es?
HDMI son las siglas de High-Definition Multimedia Interface. HDMI es un conector digital capaz de conectar señales de audio y vídeo de un dispositivo a otro, como por ejemplo, del ordenador portátil a un monitor o un televisor. Prácticamente cualquier televisor incluye un conector de este tipo, incluso el chollo de televisor tan barato que has visto en nuestra web. Los cables HDMI están disponibles en varias longitudes, así como también en diferentes versiones, con velocidades distintas. Incluso existen los mini HDMI y los micro HDMI, aunque son un formato algo menos común que hemos visto principalmente en algunos modelos de móviles o cámaras de fotos. HDMI también es compatible con protocolos de protección anticopia, como el HDCP, que impiden la copia de contenidos protegidos por derechos de autor.
DVI, ¿qué es?
¿Y qué pasa con DVI? DVI son las siglas de Digital Visual Interface, y es un conector analógico que se utiliza para conectar ordenadores y otros dispositivos a dispositivos de salida como monitores y proyectores. DVI puede transportar señales de vídeo y audio, aunque no en todas las versiones, y no admite el mismo nivel de resolución que HDMI. También carece de protocolos de protección anticopia como el protocolo HDCP de HDMI. Por lo general, ambos solemos encontrarlos en el mismo tipo de dispositivo, y en la inmensa mayoría de las ocasiones veremos que un monitor tiene entrada HDMI y entrada DVI, o incluso que un ordenador tiene una y otra salida. Esto nos lleva a preguntarnos cuál es de los dos es mejor y si realmente hay que optar por uno u otro según nuestras necesidades.
Diferencias entre cables HDMI y DVI
En realidad, hablar de HDMI y de DVI es lo mismo que hablar de agua y aceite. Si bien sirven para algo similar, lo cierto es que sus funciones y su principio de funcionamiento básico es extremadamente distinto. Así que vamos a ir desgranando poco a poco sus principales elementos de distinción.
HDMI y DVI tienen un aspecto y un enchufe distintos
El conector HDMI es más pequeño y el conector DVI es más grande. Los conectores HDMI también son más fáciles de enchufar y desenchufar, mientras que los conectores DVI requieren más esfuerzo. HDMI tiene 19 clavijas, y por lo general todas las versiones disponibles del HDMI son muy parecidas. Ofrecen distintas características en función de si es un HDMI 1.0, un HDMI 1.3, o un HDMI 2.0, entre otros, pero lo cierto es que todas estas conexiones son compatibles entre sí, y podemos utilizar los cables para un funcionamiento básico. Los DVI tienen 24 clavijas. Pero hay que decir que en función de la versión del cable este puede llegar a ser muy diferente. De hecho, los hay que llevan uno u otro tipo de señal, los hay que también transmiten audio. Los hay digitales y analógicos. Si tenemos que elegir hoy en día entre DVI o HDMI y tenemos ambos disponibles, probablemente es porque tendremos uno de los DVI más recientes.
Qué señales transmite HDMI y qué señales DVI
Más que en el conector, la principal diferencia entre estos dos cables reside aquí. Los HDMI transmiten señal digital, mientras que los DVI pueden transmitir señal digital y analógica. Ojo, porque esto no significa que sean mejores. En realidad, son una muestra de que son más antiguos. El propósito de los cables DVI era que ofrecieran las ventajas de las transmisiones digitales pero a que la vez puedan ser compatibles con dispositivos que hicieran uso de señales analógicas. Eran una versión avanzada de los VGA que además eran versátiles y eran ideales para realizar una transición de equipos antiguos a equipos más nuevos.
Esto permitía tener un ordenador nuevo y un monitor antiguo o viceversa, y poder aun así no tener grandes problemas de conexión. Precisamente debido al hecho de que el DVI fue una especie de transición, hemos ido viendo diferentes iteraciones cada vez con más funciones y capacidades. Los primeros, por ejemplo, no podían transmitir audio. No obstante, ahora mismo ya hay muchos DVI con capacidad para transmitir audio. En cambio, los HDMI llegaron ya como un nuevo concepto de cable adaptado a los tiempos actuales. Por ello, transmite señales digitales de audio y de vídeo.
La resolución del cable HDMI, la gran ventaja respecto al DVI
A nivel práctico, se puede decir que la gran carencia del DVI respecto al HDMI reside en la resolución compatible para cada uno. El HDMI admite una mayor resolución en comparación con el DVI, ya que es capaz de soportar hasta 4K a 120Hz y 8K a 60Hz. Esto es gracias a que cuenta con un ancho de banda notablemente superior, hasta 48 Gbit/s. Es decir, tenemos una capacidad transmitir datos mucho más grandes que con un DVI. Por otro lado, es un cable que nació con el objetivo de ser un cable de futuro. La versión inicial HDMI 1.0 tenía una tasa de transferencia máxima de 4,9 Gbit/s. Es por eso por lo que cualquier marca de televisor actual apuesta ya por construir sus televisores con conectores HDMI antes que DVI.
Hemos prácticamente multiplicado por diez dicha tasa de transferencia, y aun tenemos margen de mejora. Además de la resolución, la tasa de transferencia de datos también nos asegura otras características, como es el aprovechamiento de la señal de audio para sistemas de sonido 7.1 envolvente o sonido virtualizado de alta calidad. Y todo ello sin olvidarnos de que incluso los cables HDMI actuales pueden actuar como cable de conexión Ethernet, pudiendo así conectar una pantalla o una televisión a Internet por medio de la toma HDMI.
Juega con más FPS con el HDMI
Aunque ya lo hemos mencionado superficialmente al hablar de la resolución, la posibilidad de tener una mayor frecuencia de refresco es clave para obtener las nuevas experiencias de juego y de interfaz. Si quieres jugar con un nivel de FPS superior, en los 60, 90, 120 FPS o más, necesitarás sí o sí utilizar un cable HDMI, pues nunca obtendrás este nivel de frecuencia de refresco con un cable DVI.
Cuándo usar cables HDMI y cuándo usar DVI
Hay una respuesta clara a esta cuestión. Siempre que sea posible, absolutamente siempre, es mejor utilizar el HDMI. Nos asegura mejor resolución, mejores tecnologías, y la compatibilidad con funciones que únicamente están disponibles para este tipo de cable. Al fin y al cabo, es un cable mucho más moderno y la opción ideal siempre y cuando sea posible utilizarlo.
¿Cuándo puede ser útil el DVI? Cuando no tengamos otra opción. Por ejemplo, podría ocurrir que queramos utilizar un dispositivo que tenga únicamente una salida DVI y no tenga una salida HDMI. Lógicamente, en estos casos hay que recurrir a este cable. También ocurre así cuando queremos conectar una pantalla que no tiene entrada HDMI. La principal ventaja del DVI es que se puede utilizar para conectar un dispositivo VGA con un adaptador, sin necesidad de que haya un conversor de señal, gracias a que es compatible con señal digital y señal analógica. Así, si nuestro dispositivo solo tiene un conector DVI o VGA, no nos quedará otra opción más que utilizar el DVI.
Aunque hay otro caso en el que podría ser interesante. Por ejemplo, podría suceder que ya tengas ocupadas las salidas de vídeo de tu ordenador, y quieras conectar un monitor más. Si solo tienes la salida DVI disponible, o si el monitor en cuestión no es de los más modernos, podría darse la situación de que el uso de este cable sea tu única opción. En cualquier caso, siempre que sea posible, opta por un cable HDMI. Y especialmente por uno que sea del protocolo más actualizado que sea compatible con tu dispositivo. Hay casos muy concretos.
Por ejemplo, si tienes una PS5 o una Xbox Series X, hay determinadas resoluciones que solo puedes alcanzar si utilizas un cable HDMI 2.1, así como también una pantalla con una entrada de este tipo. Estos factores siempre son importantes a la hora de elegir qué cable comprar, pues incluso dentro de los cables de un mismo tipo, podemos encontrarnos con diferentes versiones con distintas características y posibilidades técnicas con las que sacar el máximo partido a diferentes dispositivos.