
Uno de los pilares sobre los que se cimenta la informática de consumo, siempre que hablamos de ordenadores en formato torre, es la facilidad con la que se pueden añadir y quitar componentes. Es más, una buena torre actualizada con cierta regularidad es un equipo que puede estar en constante renovación durante años: bastará ir retocando aquí y allí esos puntos que nos haga falta mejorar en cada momento, ya sea la CPU, la RAM, el disco duro, la gráfica, la fuente de alimentación…
Pero cuando hablamos de ordenadores portátiles, a más de uno se le tuerce el gesto. Lo que parece pan comido en una torre no suena tan accesible en un portátil. Pero no os preocupéis porque hemos venido a desmontar un mito relacionado con los portátiles.
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¿Se puede mejorar el rendimiento de un portátil?
Sí, se puede. Y aunque pueda imponer más respeto que una torre, realmente basta con tener claras algunas nociones, saber qué podemos y qué no podemos modificar y valernos de las herramientas adecuadas para no dañar ninguna pieza durante el procedimiento.
¿Qué componentes puedo cambiar en un portátil?
Lo primero que debes tener en cuenta es que cada equipo portátil es un mundo por lo que tendrás que fijarte en sus especificaciones para saber qué piezas puedes cambiar. A bote pronto, lo habitual es que puedas reemplazar los siguientes componentes:
- La batería
- El disco duro (y una unidad adicional, si la tiene)
- La memoria RAM
- La tarjeta de red
Te habrás fijado que tanto la placa base como la CPU, como la tarjeta gráfica no aparecen en esta lista, así que lo más probable es que no puedas cambiarlos. También tienes que tener en cuenta que hay fabricantes que deciden soldar algunas de sus piezas en el equipo para aumentar su rendimiento a costa de acortar su vida útil ante la imposibilidad de cambiarlos en el futuro.
Vamos a echar un vistazo rápido a las piezas que puedes cambiar y cómo saber si puedes hacerlo. Para ello, lo primero es abrir el equipo y echar un vistazo a su interior. Para hacerlo, tendrás que ponerlo boca abajo (lo ideal es que sea sobre una manta o una toalla) y desatornillar la tapa. Debería salir con cierta facilidad así que si notas que te cuesta, no fuerces la pieza y busca ayuda bien en internet o en el manual de instrucciones. Y ahora sí, vamos a ponernos manos a la obra.
Batería del portátil
No es el proceso más sencillo del mundo, pero se puede llevar a cabo con cierta facilidad… siempre que la batería no esté soldada a tu equipo. ¿Por qué cambiar la batería? Después de varios cientos de ciclos de carga, el equipo irá reduciendo sus prestaciones de manera paulatina, lo que puede ser un buen indicador de que ha llegado el momento para reemplazar esta pieza. Este es uno de esos componentes en los que te recomendamos ir a por un proveedor oficial, aunque sea un poco más caro.
Reemplazarlo es sencillo y, además, la batería suele ser la pieza más grande del equipo por lo que localizarla no tendrá pérdida. Lo habitual es que venga fijada a la placa base con unos tornillos y un único conector a la placa. Si tienes dudas acerca de cómo debería quedar todo una vez cambiado, piensa en hacerle una foto al equipo antes de tocar nada. Si todo sucede como debería, habrás alargado la vida útil de tu portátil unos años más.
Disco Duro
Existen de cuatro tipos:
- Memoria SSD soldada o eMMC. Si es uno de estos, olvídate de actualizarlo.
- 2 SSD son los más habituales. Es un módulo como lo podría ser una memoria RAM que va en el puerto M.2.
- 2,5” para discos SATA y SSD
- mSATA SSD, que se utilizan en puertos mSATA
Las unidades de 2,5” están desapareciendo en favor de las M.2, aunque todavía las puedes encontrar en un buen puñado de equipos. Nuestra recomendación es actualizar el slot 2,5”, siempre que puedas, a uno con memoria SSD para aumentar la velocidad del equipo o la capacidad de almacenamiento. Pero ándate con ojo, ya que cambiar un disco duro puede ser más complicado de lo que parece a priori. Para comenzar, por su localización, ya que algunos están situados entre la placa base y el teclado por lo que todavía tendrás que meterte más a fondo en el desmantelamiento de tu equipo.
Recuerda que cambiar un disco duro es un proceso laborioso que te obligará a hacer un backup de todos tus archivos existentes si no quieres perder tus datos más valiosos. La aparición de soluciones en la nube así como de discos duros portátiles a precio reducido te debería hacer este proceso mucho más sencillo.
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Memoria RAM
Es una de las piezas en las que corres más riesgo de encontrártela soldada. Lo bueno es que un vistazo a la hoja de especificaciones te permitirá saberlo rápido. Si los módulos comienzan por las siglas LP, como LPDDR3, tienes un problema. Por el contrario, si cuentas con memoria SO-DIMM, cuyos módulos son algo más pequeños que los DIMM que se montan en las torres, podrás ampliar y mejorar el rendimiento de tu equipo.
A la hora de cambiar o ampliar la memoria no es necesario que ambas ranuras tengan la misma capacidad pero sí que es deseable que tengan la misma velocidad para que puedas exprimirlas al máximo cuando trabajen en conjunto.
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Tarjeta de red
Puede que el router de casa sea compatible con Wi-Fi 6 y quieres que tu equipo disfrute del internet más rápido posible. Pues lo más probable es que estés de enhorabuena ya que la tarjeta de red suele ser uno de esos componentes que se pueden cambiar con facilidad.
Identificarla es fácil: basta con buscar las dos antenas (aunque algunas tarjetas antiguas solo tienen una) que salen de esta pieza, que puede venir en formato Mini PCIe (popular hasta mediados de la pasada década) o M2 (el más habitual en la actualidad). El primero está fijado por dos tornillos, en las esquinas, mientras que el segundo se asemeja a los módulos de memoria M.2 y solo cuenta con un tornillo, en el centro de la pastilla.
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¿Qué herramientas necesito mejorar mi portátil?
Aunque los equipos suelen compartir muchos tornillos, es posible que tengas que utilizar dos o tres puntas diferentes. Lo más recomendable en estos casos es hacerse con un juego de destornilladores que tengan puntas Torx y que te deberían cubrir en todas las situaciones. Si tienes una torre y también te gustan las sesiones de bricolaje con ella, ese equipo de varios destornilladores también te será útil.
Si por cualquier motivo no cuentas con un destornillador que se ajusta a los tornillos de tu equipo, no lo fuerces. Si desgastas la cabeza de un tornillo te vas a meter en un apuro de muy difícil solución.
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