Freesync y G-Sync: qué son y qué hacen estas tecnologías para monitores gaming de AMD y NVIDIA
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FreeSync y G-Sync son las soluciones de AMD y Nvidia para mejorar la calidad de tu monitor. Descubre en qué consisten y con cuál te quedas.
G-Sync, FreeSync o V-Sync son términos que suenan desde hace años en el entorno gaming, y es que son tecnologías que han conseguido mejorar la experiencia de juego de millones de gamers alrededor de todo el mundo.
Hoy más que nunca podemos decir que vivimos una época dorada para ser jugones. Las tarjetas gráficas poseen la potencia suficiente para recrear mundos perfectos y las pantallas alcanzan una resolución y definición de color asombrosas en los nuevos monitores gaming.
Pero aún había una última frontera que cruzar, la eliminación de los cortes y saltos de pantalla que conocemos como tearing y stuttering.
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Tearing y Stuttering, los rivales a batir
El tearing y el stuttering son dos fenómenos que ocurren en la pantalla y que afectan a la experiencia de usuario.
Los motivos por los que tienen lugar son totalmente diferentes, pues mientras el tearing aparece cuando el número de imágenes enviadas por la tarjeta gráfica es superior al de la tasa de refresco del monitor, el stuttering es justo lo contrario: la frecuencia de refresco es superior a los fotogramas generados por la gráfica.
En la práctica, el tearing se traduce como una imagen cortada en pantalla, producto de que dos imágenes compartan el mismo fotograma; mientras que el stuttering lo hace en forma de ‘parones’ al tener que rellenar con una misma imagen varios fotogramas.
La V-Sync no es suficiente
La primera solución al tearing fue la sincronización vertical o V-Sync, y corrige los cortes de imagen al sincronizar la tarjeta gráfica a la tasa de refresco del monitor. Dicho de otro modo, es como ponerle un limitador a nuestra tarjeta de vídeo para que sólo envíe el mismo número de imágenes que fotogramas puede mostrar el monitor cada segundo.
Esto que en principio parecía ser la solución perfecta para un problema existente desembocó en la aparición de nuevos problemas que tenían lugar cuando la gráfica no es lo suficiente potente como para igualar la tasa de refresco de la pantalla, o cuando la cantidad de FPS en un juego es inferior de los hercios del monitor en un determinado momento. Por si no te has dado cuenta, el V-Sync creó el stuttering. Fue peor el remedio que la enfermedad.
La sincronización vertical tan solo ha sido una solución para los jugadores con tarjetas gráficas muy potentes que nunca o casi nunca veían cómo los FPS llegaban a estar por debajo de la frecuencia de refresco. Pero la llegada de monitores con frecuencias de 144hz o 240hz y resoluciones cada vez más altas hacen muy complicado que una tarjeta gráfica alcance esos números salvo en las configuraciones más extremas o juegos antiguos, dejando al jugador ante la decisión de sufrir tearing o stuttering.
Así que la solución de igualar la velocidad a la que la tarjeta de vídeo envía imágenes a la pantalla con la frecuencia de refresco del monitor, independientemente de la potencia de la GPU, ha quedado obsoleta. ¿Qué hacemos ahora? Pues inventamos el refresco adaptativo.
¿Qué es la tecnología de refresco adaptativo?
Podríamos definir el refresco adaptativo como un claro ‘Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña’. Digo esto porque si el V-Sync hacía que la tarjeta de vídeo se adapte a la pantalla, en el refresco adaptativo es justo lo contrario: la pantalla adapta su frecuencia a la tarjeta gráfica.
Como resultado encontramos que el tearing y el stuttering desaparecen completamente, proporcionando una experiencia de juego totalmente fluida sin tirones ni corte en las imágenes.
Y aquí es donde comienza el quiz de la cuestión. ¿Existe una única tecnología de refresco adaptativo? ¿Funcionan igual? ¿Cuál es mejor? Vamos a responder a todas estas preguntas. Pero ya os lo adelantamos, los dos grandes fabricantes de tarjetas gráficas del mundo, NVIDIA y AMD, no se han puesto de acuerdo.
G-Sync, la solución de NVIDIA
La tecnología con la que NVIDIA solucionó los problemas de tearing y stuttering ha sido bautizada como G-Sync. Esta tecnología requiere de un chip especial instalado en los monitores para que sean capaces de sincronizarse con las tarjetas gráficas NVIDIA.
NVIDIA es la propietaria de la patente, y cobra una tasa por su uso en estos dispositivos, lo que conlleva que el precio de los monitores G-Sync sea superior además de que sólo es compatible con sus tarjetas gráficas.
La razón por la que NVIDIA ha diseñado la tecnología de esta manera es para liberar a la tarjeta de vídeo de esta tarea al delegarla en un hardware independiente situado en el monitor.
El hecho de que el G-Sync se encuentra en monitores de alta gama, junto al fantástico ecosistema de aplicaciones y herramientas compatibles con las gráficas NVIDIA, ha desembocado en que los monitores G-Sync son los más utilizados por los jugadores más exigentes.
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Freesync de AMD
AMD tardó algo más en presentar su tecnología FreeSync, pero lo hizo con una tecnología abierta que cualquier fabricante puede utilizar de forma totalmente gratuita.
Por el momento es sólo compatible con las tarjetas gráficas AMD, aunque nada impide que NVIDIA o Intel hagan uso de ella cuando lo estimen oportuno.
En este caso el proceso de sincronización se regula desde la tarjeta de vídeo, por lo que no es necesario que los monitores FreeSync incorporen un chip adicional, lo que ha permitido mantener el precio por debajo de sus homólogos G-Sync.
Las sucesivas actualizaciones que AMD ha realizado en FreeSync han servido para ofrecer una mejor calidad de imagen y hacerla compatible con monitores HDR y resolución 4K en la versión FreeSync 2, reduciendo a prácticamente 0 las diferencias entre ambas tecnologías en cuanto a experiencia de usuario.
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¿Cuál es mejor? ¿Cuál elegimos?
Como a nivel de resultados ambas se encuentra en un empate técnico, son otros factores, como el presupuesto, o la configuración previa, la que determinará la elección de cuál será la tecnología de nuestro próximo monitor.
Si vamos a renovar el equipo al completo, quieres la mayor potencia gráfica y las tecnologías propias de NVIDIA como Ansel o Hairworks son indispensables para ti, o ya tienes una tarjeta gráfica GeForce GTX, tendrás que comprar un monitor G-Sync.
Si por el contrario prefieres ahorrar unos euros y tienes suficiente con la potencia de las tarjetas gráficas AMD Radeon RX, la elección de FreeSync es la acertada.