
¿Qué es la profundidad de color?
La profundidad de color es el número de bits que un píxel puede representar dentro de una imagen; dicho de otra manera, es la cantidad de datos que puede almacenar un píxel individualmente. Cuanta más profundidad de color tengamos en el monitor o televisor, más colores podrá mostrar la pantalla. Todo tiene un coste: la pantalla fabricada será más sofisticada y requerirá un hardware específico para hacerlo posible.
A rasgos generales, podríamos decir que una profundidad de bits más alta logra una calidad de imagen superior porque tenemos más tonos en los colores principales, también denominados primarios. Todos hemos dado en el colegio alguna vez la famosa gama de colores, pues ésta tiene más colores de transición cuando la profundidad de color es mayor.
Por qué es importante la profundidad de color
Muchos profesionales buscan monitores con más de 8 bits porque la calidad de imagen es superior y porque trabajan con RAW, que es un formato de imagen sin compresión de colores. No son pocas las cámaras réflex o mirrorless que capturan fotografías a 14 o 16 bits, pero, ¿qué ocurre sin las fotos tienen menos bits por canal?
Bueno, te encontrarás con muchas limitaciones a la hora de editar imagen y vídeo, siendo únicamente posible con imágenes o vídeos con profundidades de color más altas que las de 8 bits.
Comprender cuántos colores muestran los bits
Al final, los bits indican cuántos colores puede mostrar una pantalla, de ahí que veamos en muchas fichas técnicas 10-bit, algo usual en televisores de gama alta. Dentro de la profundidad de color vemos que una pantalla puede mostrar de 1 a 48 bits. Las configuraciones más usuales son 8 bits y 10 bits, pero, ¿cuántas tonalidades de color supone esto?
Los paneles de 8 bits son capaces de mostrar 256 tonos, mientras que los de 10 llegan a 1024 tonos.
La importancia de la imagen digital
La imagen está dividida en puntos denominados píxeles, y cada píxel lleva información del color de la zona correspondiente de la imagen. Conforme ampliamos una imagen o hacemos zoom, veremos que los píxeles se pueden ir distinguiendo con mayor facilidad.
Cada píxel combina los 3 colores primarios: rojo, verde y azul (RGB). Sin embargo, la medida usada para saber cuántos bits se utilizan para almacenar la información en cada canal de color (RGB) es el BPC (Bit Per Color Channel); dicho esto, quedaros con el BPP (Bit Per Pixel), que es la suma de los bits de todos los canales.
Cuando veáis que un monitor o televisor tiene 16.7M de colores, significa que tiene una profundidad de color de 8 bits. Ahora os preguntaréis, ¿de dónde salen esos números? Un panel de 8 bits puede mostrar 256 tonos, por lo que debemos multiplicar 2563 (canales RGB): 16.777.216 millones
Como hay muchos paneles de 10 bits ahora, en este caso hay 10 bits por canal y puede mostrar 1024 tonos, por lo que debemos multiplicar 10243, dando como resultado 1.07 mil millones de colores. Esta cifra la podéis ver ilustrada en “billones”, recordad que los billones americanos son mil millones en nuestro caso.
El ojo humano no puede ver tantos colores
Es importante que sepáis que el ojo humano no puede ver 16 millones de colores, de ahí que las cámaras fotográficas logren ilustrar colores que se nos escapan. Según distintos estudios, la cifra del ojo humano sano estaría alrededor de 10 millones de colores.
Por este motivo, los profesionales de la imagen se dividen en opiniones, habiendo parte de la comunidad que se decanta por un panel de 8 bits.
¿Es necesaria una profundidad de 10 o 12 bits?
Después de deciros que 16.7 millones de colores representados en un panel de 8 bits es suficiente para el ojo, surgen las dudas de por qué utilizar un panel con profundidades superiores.
Son muchos los profesionales que usan paneles de 9 o 10 bits de profundidad porque ofrece una representación de color más precisa, así como una gradiente de color más realista. Esta configuración se utiliza para pantallas profesionales y cámaras fotográficas, como son las cámaras mirrorless. De hecho, una Sony Alpha 7 III puede capturar imágenes con 14 bits en formato RAW.
Así que, no solo es necesaria, sino que para muchos profesionales es solo un punto de partida. Dicho esto, la mayoría emplean un panel de 10 bits porque es lo que más abunda en el mercado.
Ventajas y desventajas de una profundidad de color alta
Como ventajas encontramos las siguientes:
- Mayor calidad de imagen.
- Menor color banding, ya que se incrementan las gradientes de color.
- Imágenes más realistas, debido a que la pantalla aprovecha toda la información proporcionada por la imagen de la cámara.
- Reproducción multimedia más realista, a consecuencia de lo anterior.
No todo es color de rosa, encontrando desventajas:
- El precio es mucho mayor. En televisores no tanto, pero en monitores sí que vemos un aumento de precio considerable por encima de los 10 bits.
- El contenido consume más espacio. Trabajar con formatos de imagen que nos permitan reproducir 10, 12, 14 o 24 bits… significa que cada foto ocupará una barbaridad si lo comparamos con JPEG.
- No es tan sencillo encontrar monitores profesionales de este tipo.
- El ojo humano tiene una visión de colores limitada.
¿En qué monitores es más fácil encontrar una profundidad de bits alta?
Sin duda, en monitores OLED y en muchos IPS, además de que se suele trabajar a partir de QHD en adelante, ¡nada de 1080p! Esto último es más lógico, ya que la resolución de las fotografías o vídeos profesionales es alta, así que carece de sentido trabajar con 1080p, incluso con QHD en muchos casos.
Os podemos poner varios monitores con una buena profundidad de color a modo de ejemplo.
- BenQ PD2705U de 27 pulgadas, 4K y profundidad de 10 bits.
- LG Ultrafine 32UNN880P-B de 32 pulgadas, 4K y profundidad de 10 bits.
- BenQ DesignVue PD2700U de 27 pulgadas, 4K y profundidad de 10 bits.
- ASUS ProArt OLED PA32DC de 31.5 pulgadas, 4K y profundidad de 10 bits.
