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Guía básica para jugar a Super Mario Bros en los emuladores de tu Raspberry Pi

El reciente lanzamiento de la nueva Raspberry Pi 4 vuelve causar furor entre los nostálgicos de los juegos clásicos. Aquí te contamos como prepararte tu mini PC.

Guía básica para jugar a Super Mario Bros

Nostalgia y videojuegos son dos términos a los que se lleva sacando partido desde hace un buen puñado de años. Hay quien puede acusar a Nintendo de haber ordeñado la misma vaca durante décadas con sus sagas más populares y también quien puede reencontrarse en 2019 con reediciones de títulos no tan vetustos. Ahí están los recientes casos del remake de Final Fantasy VII así como de Spyro the Dragon, Resident Evil o Crash Team Racing para quien opine lo contrario.

A diferencia de otras expresiones artísticas, el videojuego cuenta con un inconveniente que no se encuentra en el cine, la música, la literatura o la pintura. Debido a avatares tecnológicos, el continente y el contenido suelen ir de la mano lo que implica que para poder jugar a determinados juegos es necesario contar con una máquina original que en algunos casos puede contar ya con más de treinta años de vida. ¿Quieres darle al Antarctic Adventure? Más te vale encontrar un MSX.

Pero la máxima del párrafo anterior no es del todo cierta… si nos atenemos a los resquicios técnicos que los jugones han podido explotar en su propio beneficio a lo largo de los años. En la gran mayoría de las ocasiones de manera altruista y autodidacta, los emuladores de consolas obsoletas han aparecido por la red como setas en el monte. Un hecho que, unido a la aparición de máquinas como la Raspberry Pi supuso la mezcla perfecta: un hardware de bajo coste capaz de incluir un puñado de emuladores y miles de juegos, al que se puede enchufar un mando por USB y que permite emular desde recreativas hasta consolas más o menos recientes. ¿Dónde hay que firmar para pasar encerrado así unas vacaciones de verano?

La realidad asegura que es más sencillo de lo que puede parecer a primera vista. Incluso para un neófito en esto de trastear con una Raspberry, el proceso de instalar emuladores, juegos y viajar en el tiempo a los años ochenta o noventa no es nada complicado. Lo primero, obvio, es hacerse con una de estas máquinas. La Raspberry Pi 4 acaba de salir recientemente aunque incluso modelos antiguos, como la 2, te pueden valer para jugar a la mayoría de clásicos que quieres revivir: con la citada máquina tienes potencia más que suficiente para emular juegos de MAME, NES, Master System, ZX Spectrum y similares.

Cómo convertir tu Raspberry Pi en una consola retro con Retropie

Lo primero es lo primero. Para poder organizar todo este tinglado necesitarás una Raspebrry Pi, un cable HDMI para conectar a una televisión o monitor, un cable micro-USB a USB para conectarla a la corriente así como una tarjeta microSD (con 16GB deberías tener suficiente), un pen drive y un mando con cable (aunque también puedes configurarlos inalámbricos).

Una vez tenemos todo el hardware, llega la hora de ponerse manos a la obra con el software. A poco que bucees por la red te toparás con diferentes alternativas de la que nosotros hemos escogido RetroPie. El motivo, la sencillez de uso a la hora de instalar todos los componentes aunque alternativas como Recalbox o Lakka son igual de válidas. De nuevo, como usuario eres el encargado de informarte y tomar la decisión que más se adapte a tus gustos y necesidades.

Para que te hagas una idea aquí tienes una lista de los sistemas que ya vienen preinstalados con Retropie: 3do, Amiga, Amstrad CPC, Apple II, Atari 2600, 5200 y 7800, Atari Jaguar, Atari Lynx, Atari ST, Colecovision, Color Computer, Commodore 64, Dragon 32, Dreamcast, Game Boy Advance, GameCube, Game Gear, Game Boy, Game Boy Color, Mega Drive, Intellivision, Macintosh, MAME, Master System, MSX, Neo Geo, Neo Geo Pocket, Neo Geo Pocket Color, Nintendo 64, Nintendo DS, NES, Oric, PC, PC Engine, PS1, PS2, PSP, Sam Coupé, SEGA 32X, Mega CD, SG-1000, Super Nintendo, TI-99, TRS-80, Vectrex, Videopac, Virtual Boy, Wii, Wonderswan, Wonderswan Color y ZX Spectrum. Si has podido leerlo de carrerilla, enhorabuena. Y si no, ¿no crees que esta lista es más que suficiente?

¿Qué nos hace falta? Partimos de la base de que trabajamos con Windows, así que nos vamos a la página de RetroPie para hacernos con la versión del emulador compatible con nuestro modelo de Raspberry. Una vez que lo tenemos, formateamos la tarjeta SD, nos descargamos Win32DiskImager y abrimos la aplicación para meter el archivo img de RetroPie (que aparece una vez hemos descomprimido el archivo que nos descargamos desde la web oficial) en la tarjeta de memoria. Basta seleccionar el archivo, la unidad donde vamos a montarlo y darle al botón Write.

win32disklmager para retropie

Una vez hecho esto, ponemos en marcha la Raspberry con la SD ya introducida conectando el cable USB que va a la toma de corriente y también con el mando que vayamos a utilizar. Esta primera carga tardará un poco más de lo habitual hasta que os aparezca una pantalla de bienvenida en la que podremos configurar el controlador y sólo nos quedará un último paso antes de comenzar a trastear con lo que de verdad nos interesa: los juegos. Conecta el pen drive y formatéalo con el sistema de archivos FAT32. Con la Raspberry funcionando y el menú de RetroPie visible, conectamos la memoria durante unos minutos para que el emulador cree un sistema de carpetas dentro del pen. Una vez que lo saquéis y lo volvéis a conectar al PC veréis que se ha creado una carpeta llamada roms donde encontraremos otro puñado de carpetas, cada una de ellas relacionada con las consolas que os hemos listado. Copiad los juegos en sus carpetas correspondientes, iniciad Retropie y, pasados unos segundos en los que la memoria del emulador cargará los juegos, veréis que el menú principal se ha convertido en un carrusel en el que os podéis desplazar por las consolas de las que hayáis instalado juegos. Ahora sí, ya podéis darle al que más os toque la patata.


instalacion retropie
Esta es la pantalla que aparecerá una vez hayamos cargado Retropie por primera vez y podamos proceder a configurar nuestro mando.
roms retropie
Una vez introducido el pen drive en la Raspberry, se creará esta estructura de carpetas. Deberemos mover los juegos a la carpeta correspondiente de cada consola dentro de /roms.

¿Y cómo consigo los juegos?

Podríamos escribir una entrada entera acerca de la polémica que se levantó hace casi un año cuando Nintendo decidió poner coto a la libertad que imperaba en la red después de querellarse contra dos páginas que surtían de ROMs (nombre técnico de los archivos que contienen los videojuegos clásicos) a los jugadores.

Estamos ante un tema controvertido con numerosas zonas grises en las que, durante muchos años, ha habido un pacto tácito entre las empresas desarrolladoras de videojuegos en activo y las comunidades de usuarios: unas miraban hacia otro lado mientras los usuarios seguían disfrutando de sus pasatiempos favoritos.

Dicho esto, hay plataformas más proclives a la emulación que otras. Si echamos un vistazo al ZX Spectrum, nos podemos encontrar con una biblia llamada World of Spectrum en la que prácticamente todo juego publicado en su día está disponible. ¿Qué problema legal podría tener cuando la gran mayoría de compañías que desarrollaban en los ochenta ya no existen en la actualidad?

A pesar del golpe sobre la mesa de hace un año de Nintendo, todavía sigue siendo relativamente sencillo hacerse con las ROMs de los títulos y plataformas más populares. Emuparadise ha sido un clásico durante décadas y sigue en pie desde su nacimiento, allá por el año 2000. Un dato importante en esto de la emulación: a poco que buceemos podemos encontrarnos muchas virguerías colgadas en la red: versiones locales de juegos, otras con modificaciones… Por si no fuera suficiente con los catálogos estrictamente comerciales.

Eso sí, y como nota para cerrar esta pequeña guía introductoria, ten en cuenta que un emulador nunca podrá comportarse como una máquina original. Obviamente es complicado contar con el espacio y los medios necesarios para poder jugar a los clásicos en las consolas originales en las que se concibieron pero, de la misma manera, es probable que de vez en cuando te encuentres con problemas de rendimiento a la hora de ejecutar según qué títulos, como caídas en el frame rate especialmente en juegos de MAME. Un pequeño peaje que no debería deslucir la posibilidad de recordar los juegos que te mantenían enganchado frente a la pantalla durante la infancia y adolescencia.

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