Overclock: Manual o Automático, ¿qué diferencias hay?
El overclock es una práctica que busca extraer el máximo rendimiento a nuestra CPU, pudiendo elegir entre el manual o el automático.

Con el auge de Ryzen, cada vez son más los usuarios que se animan a hacer overclock a su procesador. Lógicamente, hay que llevar ciertas precauciones a la hora de practicarlo, pero existen 2 tipos de overclock de los que no se habla tanto: el ajuste manual de cada valor y el que se activa pulsando un botón en BIOS.
Overclock manual
El overclock manual es que requiere de un ajuste manual e individualizado de cada valor: frecuencia, multiplicador, voltaje, etc. Por este motivo, es el más laborioso de todos, pero tiene su público y se sigue practicando.
Antiguamente, solo se podía hacer overclock a través de la BIOS, aunque con el paso del tiempo se ha habilitado la posibilidad de hacerlo con Windows iniciado. En el caso de Intel, la utilidad por excelencia es Intel XTU (Extreme Tuning Utility), mientras que en AMD tenemos a Ryzen Master o AMD OverDrive.
Podemos hacer overclock manual desde la BIOS o desde Windows, indistintamente. No nos meteremos en qué es mejor, ya que cada forma tiene sus detractores y sus abanderados.
¿Por qué se sigue utilizando este overclock? Básicamente, porque permite un ajuste personalizado de nuestro equipo. Al fin y al cabo, esta práctica funciona con el método ensayo-error: ir ajustando el overclock hasta que sea estable.
Si quieres sacar el máximo rendimiento a tu CPU, el manual es el que debes de hacer.
Overclock automático
Esta variante se ha hecho famosa con la llegada de UEFI, una BIOS mejorada con más funciones. Podríamos definir overclock automático como el preajuste que nos ofrece la placa base para subir la frecuencia de nuestra CPU de forma rápida y aproximada.
El usuario solo tiene que entrar en la UEFI y activar el perfil overclock o “boost” para ver como la frecuencia de su CPU se incrementa. Así que, es una forma de obtener un rendimiento adicional de manera rápida, ya que no tenemos que estar viendo si es estable.
Hay muchos usuarios deciden no utilizarlo porque, para activarlo, hay que acceder a la UEFI. Todavía existe cierto recelo a acceder a ésta para realizar configuraciones, un miedo que se va disipando con el paso del tiempo.
Existen placas base que realizan un overclock optimizado a las condiciones del sistema, como otras proporcionan un overclock fijo, dando igual el sistema. Normalmente, obtendremos un overclock bastante conservador, subiendo ligeramente la frecuencia del procesador.
Diferencias entre OC manual y automático
Encontramos varias diferencias entre una modalidad y otra, algo que puede serte útil si te has decidido a hacer overclock. Cada uno tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles, así que vamos a analizarlo por apartados.
Rendimiento
La principal diferencia es el rendimiento que puedes sacar a la CPU. Con el overclock manual tienes plena libertad de configurar tu procesador como quieras, mientras que el overclock automático es predefinido.
De este modo, con el overclock manual podemos ser conservadores, moderados o extremos, si queremos llevar la CPU al límite. En muchas ocasiones, el overclock automático sube unos 200 MHz la frecuencia base del procesador. Por ello, el impacto en el rendimiento es menor.
En definitiva, el overclock manual te permite exprimir más el procesador, mientras que el automático es más conservador (aunque hay excepciones).
Facilidad de uso
Sí que es cierto que, para activar el automático, no necesitamos nociones avanzadas sobre cómo hacer un overclock en Intel o AMD. En contraposición, el manual exige más conocimientos para conseguir uno estable.
Lo único que nos va a exigir el overclock automático, es meternos en la UEFI de la placa base y activar un botón. Por el contrario, el manual requiere conocer muchos aspectos:
- Subir la frecuencia a un valor razonable.
- Jugar con el voltaje.
- Programar la ventilación de la caja y del disipador.
- Etc.
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Sobrevoltaje
Quizás, una de las diferencias más importantes de una opción u otra, es el sobrevoltaje. Cuando hacemos overclock, subimos la frecuencia base, lo que nos obliga a subir el voltaje. Si no subimos el voltaje lo suficiente, el sistema no iniciará Windows, terminando por reiniciarse.
La principal consecuencia de subir el voltaje es la subida de temperaturas: el procesador está más caliente. Por ello, siempre se dice que hay que tener un buen disipador, o sistema de refrigeración líquida, para practicarlo.
Entonces, nos encontramos con un problema en cadena:
- Quiero subir la frecuencia del procesador.
- Si la subo, tengo que subir el voltaje.
- Si subo el voltaje, las temperaturas suben y mi procesador es más caliente.
- Cuando pongo el procesador a máximo rendimiento (juegos, programas, etc.), se sobrecalienta, entrando en thermal throttling.
Como habrás supuesto, lo ideal es subir la frecuencia a un punto en el que no tengamos que subir el voltaje demasiado. De esta manera, daremos con el equilibrio rendimiento-temperaturas-consumo. Lo idóneo es conseguir la máxima frecuencia a un voltaje bajo.
¿Por qué explicamos esto? Por el sobrevoltaje. Si vamos a hacer un overclock moderado, no tendremos que subir mucho el voltaje. Sin embargo, el overclock automático suele ofrecer sobrevoltaje, ¿por qué? Para intentar garantizar un overclock estable.
No nos debe interesar el sobrevoltaje porque nuestro procesador estará más caliente sin necesidad, lo que puede reducir su vida útil. Como venimos diciendo, depende mucho del overclock que ofrezca la placa base.
Si hacemos el overclock de forma manual, somos nosotros los que marcamos el voltaje que queremos, o los que probamos qué voltaje es estable a determinada frecuencia.
Por último, el sobrevoltaje trae una consecuencia negativa para la placa base: suben sus temperaturas. Por este motivo, siempre se recomienda optar por un modelo que disponga de unos buenos VRM; de lo contrario, los VRM de la placa base se calentarán demasiado y el equipo se reiniciará.
Overclock fijo vs overclock dinámico
Muchas placas base ofrecen un overclock automático que va variando según las necesidades del sistema. Cuando el PC está en reposo, se baja el voltaje y las frecuencias; cuando está a máximo rendimiento, se exprimen más las frecuencias y el voltaje. A términos de consumo de energía, esto es positivo.
Si monitorizamos el rendimiento y las temperaturas de nuestro PC, veréis que podemos ver un voltaje de hasta 1.41V. Tanto en AMD, como en Intel, ese voltaje es bastante alto (volvemos al sobrevoltaje), lo que va a hacer que se caliente el chip muy rápido.
Por otro lado, tenemos el overclock fijo: la CPU va a la misma frecuencia y voltaje todo el rato. Una de las consecuencias de fijar un voltaje determinado, es que la CPU no va a subir de frecuencias. Esto tiene sus cosas buenas y malas:
- Cosas buenas: no hay sobrevoltaje y la CPU ofrece estabilidad en reposo y en gaming.
- Cosas malas: el overclock causa un mayor consumo de energía, así que puede que estemos consumiendo más energía sin necesitarlo.
Ventajas e inconvenientes de hacer Overclocking
Llegados a este punto, nos planteamos si merece la pena o no hacer overclock. Siempre es recomendable sopesar los pros y contras de hacer overclock en la CPU, ya sea Intel o AMD, o con Ryzen Master, Overdrive o Intel XTU.
Procesadores de 10ª Generación de Intel
Más rendimiento
La ventaja principal de hacer overclock es que obtenemos más rendimiento de nuestra CPU. Esto se traduce en más FPS cuando jugamos o en la ejecución más rápida de ciertos programas. Sin embargo, este aumento de rendimiento va a depender del overclock que hagamos:
- Si la frecuencia base es 3.2 GHz y lo subimos a 3.5 GHz, habrá un aumento de rendimiento, pero no el suficiente como para ver 5 FPS más en nuestros juegos.
- En caso de tener una CPU a 3.2 GHz y subirla a 4.2 GHz, el aumento es significativo.
Requiere de una buena refrigeración
Independientemente de que la refrigeración sea líquida o por aire, no nos valdrá con un el disipador stock del procesador. Necesitaremos extraer el calor del IHS con mayor rapidez, y esto nos lo brinda una refrigeración o un buen disipador.
Todo esto se traduce en la obligación de invertir más dinero en un disipador o refrigeración líquida OIA.
Refrigeración Líquida
Puede reducir su vida útil
Hablemos claro: un overclock extremo va a reducir la vida útil del procesador. La serie “K” de Intel y los procesadores AMD Ryzen vienen fabricados con ciertas tolerancias para ofrecer la posibilidad de overclock a los usuarios.
No es lo mismo subir 400 MHz, que subir más de 1.0 GHz. Si logramos mantener nuestro procesador fresco en todo momento (no más de 65ºC), y el consumo no es disparatado, reduciremos levemente su vida útil, algo que no tendrá un impacto brutal.
Inestabilidad
Uno de los deberes que hay que realizar cuando practicamos overclock, es conseguir un sistema estable. Esto suele traducirse en perder tiempo en realizar muchos ajustes.
Para comprobar que el overclock es estable, se suelen utilizar programas de estrés, como es Cinebench R20 o R15, por ejemplo. Estos ponen el procesador al máximo rendimiento, lo que provoca una subida de temperaturas. Si éste no se sobrecalienta y todo va genial, tenemos un overclock estable.
Cada procesador es un mundo, por ejemplo, la serie Ryzen 1000 no podía sobrepasar los 65ºC. De ser así, se sobrecalentaban y reducían su rendimiento (thermal throttling)
Problemas
Si quieres hacer overclock, debes estar dispuesto/a a enfrentarte a fallos: pantallazos azules, cuelgues, errores, problemas, etc. Al final, estamos alterando el estado natural de las cosas, lo que implica la aparición de problemas.
Añadimos la subida de temperaturas como problema, debiendo mejorar la ventilación del interior de la caja. Esto se traduce en una caja nueva o en comprar más ventiladores.
Cajas ATX
El hardware debe ser compatible
Por último, el overclock no se puede practicar en cualquier procesador, tarjeta gráfica, placa base o memoria RAM. Su práctica exige que el componente sea compatible con ello, algo realmente importante.
En el caso de los procesadores, hacemos mención a los modelos “desbloqueados”. En Intel, la serie “K” o “KF” es la única que ofrece la posibilidad de overclock, mientras que en AMD Ryzen todos los procesadores están desbloqueados.
Por otro lado, las placas A520, B550 y X570 de AMD ofrecen overclock, mientras que Intel solo ofrece las Z490.