Cuál es el tamaño de TV ideal según el uso que le vayas a dar
Seguramente te has hecho una pregunta alguna vez antes de comprar un nuevo televisor. Si quieres sacar mejor partido a tu televisor y poder aprovechar cada pulgada de su pantalla, debes conocer las características y saber qué distancia del sofá al televisor es la recomendada según el tamaño de la pantalla. Te contamos cómo saberlo y te aconsejamos los mejores televisores para poner en tu salón.

Comprarse una televisión no es una decisión que se deba tomar a la ligera. Habida cuenta del desembolso que vamos a tener que efectuar, es aconsejable tener en cuenta un buen número de variables para tomar la mejor decisión posible. Y en una gran mayoría de los casos, esa decisión se tiene que adoptar con la mayor información a nuestra disposición.
En las próximas líneas vamos a tratar de responder a algunas preguntas básicas que debes hacerte cuando llegue el momento de escoger cuál va a ser el próximo televisor para tu salón o para tu sala de juegos. ¿Cuál es el tamaño más adecuado? ¿Necesito pasarme a la tecnología OLED? ¿De verdad importa la distancia entre la televisión y el sofá? Vamos a estructurar el texto teniendo en cuenta tres variables: la relación entre el tamaño y la resolución, la distancia ideal a la que debes colocarla y qué televisión se adapta mejor al uso que le quieras dar.
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El tamaño y la resolución importan
A la hora de decidirnos por un televisor podemos sentir la tentación de lanzarnos a la piscina y hacernos con el panel más grande que tengamos a nuestra disposición. Craso error. Aunque tener una enorme pantalla es una idea muy suculenta, también es importante saber que no por gozar de más pulgadas en el salón vamos a ver mejor la imagen. Y en este blog abogamos por la calidad antes que la cantidad.
¿Qué significa entonces todo lo dicho en el párrafo anterior? Explicado de manera sencilla, cada pantalla cuenta con una resolución. El 4K, que casi podríamos definir ya como estándar actual, reúne 3840 de largo por 2160 píxeles de ancho. Si haces las matemáticas te saldrá una cifra considerable de píxeles: 8.294.400. Y aunque la cifra pueda sonar mareante, estas pantallas tienen tal densidad de píxeles que a no ser que nos acerquemos mucho no seremos capaces de distinguir estos minúsculos puntos encargados de dar forma a lo que vemos.
Ese concepto, el de la densidad de puntos por pantalla, es la clave de todo este apartado. Porque no importa si compramos una televisión de 32 pulgadas, de 40 pulgadas o de 50 pulgadas. Si el panel es 4K, los píxeles que contendrá serán los mismos para cada pantalla por lo que, a mayor tamaño de pantalla, la densidad también será menor. Piensa en la famosa pantalla retina de los iPhone: cuando apareció por primera vez con el iPhone 4, Apple aseguraba que contenía una densidad de píxeles mayor de la que el ojo humano podía reconocer. Si nos llevamos este planteamiento a un televisor 4K tenemos que pensar que estamos en el otro lado del espectro: el número de píxeles es muy elevado pero es cierto que, cuanto mayor sea el tamaño, más se verá la trampa si nos acercamos al panel. Pero este punto nos lleva de manera directa al siguiente apartado.
¿A qué distancia recomendada debo tener la tele?
Casi tan importante como el tamaño de la pantalla que vamos a colocar en el salón es la distancia a la que nos vamos a sentar a verla. Como hemos explicado unas líneas más atrás, no tiene sentido hacerte con una pantalla de 70 pulgadas si vas a estar a un metro de la tele como también sería contraproducente que te hicieras con una de 32 si la separación entre esta y tu sofá es de tres metros.
¿Existe una regla mágica para calcular la distancia óptima entre la televisión y el sofá? Haciendo una sencilla multiplicación es fácil obtener cuál es la distancia que deberías guardar frente a la pantalla para no verla demasiado cerca, y perder definición, o verla demasiado lejos. Es la siguiente:
- Pantallas Full HD: Pulgadas x 6,50
- Pantallas 4K: Pulgadas x 3,50
Así, si te compras un panel 4K de 60” pulgadas, la distancia a la que deberías sentarte para disfrutarlo en todo su esplendor es de 210 centímetros (el equivalente a 60 x 3,5). Si no respetas esa distancia, además de perder definición en la imagen, te arriesgas a sufrir una mayor fatiga al ver contenidos debido al hecho de que tus ojos no podrán abarcar todo lo que aparece en pantalla de un solo vistazo. Y hablando de cómo disfrutar el contenido de la mejor manera, también es importante que te preguntes qué vas a ver en tu flamante nueva pantalla. Así que vamos con el último punto…
¿Cuál es la equivalencia entre pulgadas y centímetros?
A la hora de elegir una televisión, siempre encontraremos información sobre pulgadas y rara vez se hablará de centímetros. La mayoría de los usuarios cuentan con un espacio limitado para colocar su nuevo televisor y facilitar la equivalencia entre pulgadas y centímetros puede resultar de gran ayuda.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que las pulgadas en una televisión miden la diagonal de la pantalla, siendo la equivalencia 1 pulgada = 2,54 cm.
Teniendo en cuenta esto, te dejamos a continuación una tabla de equivalencias que te pueden facilitar a la hora de escoger el tamaño de tu nueva televisión. Ten en cuenta, que sólo hablamos del panel, el soporte o peana y los posibles marcos que tenga la televisión, varían en función del modelo.
Pulgadas | Centímetros | Ancho (cm) | Largo (cm) |
TV 32 pulgadas | 81,28 | 75 | 45 |
TV 40 pulgadas | 101,60 | 90 | 55 |
TV 50 pulgadas | 127 | 112 | 65 |
TV 55 pulgadas | 139,70 | 126 | 78 |
TV 60 pulgadas | 152,40 | 136 | 82 |
TV 65 pulgadas | 165,10 | 145 | 86 |
TV 70 pulgadas | 177,80 | 158 | 90 |
TV 75 pulgadas | 190,5 | 165 | 95 |
Aquí tienes un ejemplo de cómo debes medir el panel de tu televisión.
¿Qué uso voy a dar a la televisión?
Porque no nos engañemos, hay quien simplemente quiere la televisión para ver los programas de cualquier cadena generalista y el telefilm alemán de Atresmedia de los domingos por la tarde y quien quiere montarse su propia sala de cine casera o utilizar el panel para jugar al último videojuego de moda.
En el primer caso te podríamos decir que prácticamente cualquier modelo te va a valer. Es más, en la actualidad es probable que hasta te valga una pantalla Full HD habida cuenta de los casi nulos contenidos que se emiten en 4K en España. Que sea inteligente y venga con un par de conectores HDMI 2.1 te ayudará a cubrir las necesidades básicas en caso de que quieras tirar de aplicaciones de streaming o conectar algún equipo adicional como una consola, un reproductor de blu-ray o un ordenador portátil. Te dejamos este post en el que te damos unos consejos para convertir tu salón en una verdadera sala de cine.
Si lo tuyo es el rocanrol y quieres darle caña a la tele disfrutando de la mejor calidad de imagen posible, lo suyo es asegurarte de que viene equipada con algunos elementos. Una tele en 4K parece casi obligatoria (lanzarse al 8K todavía nos parece demasiado aventurado) y debería contar sí o sí con tecnología HDR que te permita visualizar unos colores más vivos en pantalla. Ojo, porque si realmente quieres una explosión de color deberías echar un vistazo a los paneles OLED, las teles que de largo representan los mejores negros del mercado y que, gracias a ello, logran unos colores más llamativos.
Si una OLED se te va de precio, lo suyo es que busques alguna con tecnología de nanocristales (como los QLED de Samsung o los Triluminos de Sony) que aunque no llegan al nivel de fidelidad visual de los OLED, no le andan muy a la zaga.
Si lo tuyo es el gaming, no te pierdas este artículo en el que te damos todas las claves para que aciertes en la elección de tu próxima televisión.
En cuanto a conexiones, una de red para tener la tele conectada a la red y entre 2 y 4 HDMIs 2.1 deberían valerte. ¿Qué hay del sistema operativo? Tanto Android TV, como Samsung como LG tienen ya buenas alternativas en sus pantallas de gama media. Y si lo tuyo es guardar fidelidad a Apple, siempre puedes conectar un Apple TV para tener acceso inmediato a un buen número de aplicaciones.
Escoger un televisor no es tarea sencilla. Atrás quedaron los tiempos en los que todo lo que se buscaba era que cupiera en el mueble del salón. Aspectos como la resolución, el espacio con el que contamos para colocarlo y el uso que le vamos a dar se han convertido en los verdaderos protagonistas de la decisión.